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Estupor en Supervivientes ante el incontrolable brote de Carmen Alcayde

Muchos se preguntan qué une a Montoya y Carmen Alcayde para que hayan forjado un vínculo tan fuerte en Supervivientes. La respuesta la vimos anoche en vivo y en directo: la intensidad. Ambos son carne de meme, de drama, son carne de reality

Supervivientes
Carmen Alcayde brota en Supervivientes.MEDIASET
Actualizado

Volvió la tempestad a Cayos Cochinos y volvió a abrirse la palapa cuando no tocaba. Supervivientes está viviendo una de sus ediciones más complicados meteorológicamente hablando. Las tormentas, las tempestades, la lluvia, el mal estado del mar no es sólo una putada para los concursantes sino también para la organización de Supervivientes. Cuando el tiempo no lo permite, el equipo de Supervivientes tiene que sacarse de la manga un programa en el que todo depende de los concursantes. Los juegos se complican, el contenido en las playas se complica, el programa se complica. Si ellos no dan juego, apaga y vámonos. La suerte que tiene Supervivientes 2025 es que mientras sigan Carmen Alcayde y Montoya, programas como el de anoche, están salvados. Son carne de meme, de espectáculo, de, incluso, esperpento. Son, definitivamente, aunque intensos y cansinos en muchas ocasiones, necesarios.

Si Montoya y Carmen Alcayde anoche no hubieran estado, Supervivientes: Tierra de Nadie hubiera sido la nada. Muchos nos preguntamos qué tienen en común Carmen Alcayde y Montoya para que entre ellos se haya creado un vínculo tan fuerte -más que compañeros parecen mellizos separados al nacer-. La respuesta es clara: son ambos tan intensos que, como suele decir, se junta el hambre con las ganas de comer.

Durante estas últimas semanas los dos han demostrado que les encanta un buen drama y que les encanta escenificarlo hasta rozar lo absurdo. Sin embargo, anoche, lo de Carmen Alcayde y lo de Montoya fue el no va más. No sólo es que den contenido, especialmente Montoya, que con su historia de amor y desamor con Anita es un pozo sin fondo de momentos televisivos, muchos de ellos generados por él mismo, pero otros, empujados por Supervivientes. Es, además, que los dos saben que llevando todo al límite de sus emociones se ganan, o no, a la audiencia. Esto es como cuando alguien te dice "no importa que hablen de ti siempre y cuando hablen". Pues Carmen Alcayde y Montoya eso lo tienen más que interiorizado.

Anoche fueron los absolutos protagonistas de un Supervivientes de nuevo limitado por un temporal. Pensemos, si ellos no hubieran estado... Primero, Montoya. El domingo en Supervivientes: Conexión Honduras, Montoya, Anita y Carmen Alcayde fueron sancionados por saltarse las normas. No vayas a pensar que el castigo fue quitarles comida o una nominación directa, el castigo estaba más que estudiado. Meter en una jaula a Anita y Montoya de la que no podían salir más que para ir a hacer sus necesidades, mientras Carmen Alcayde les tenía que llevar la comida y lo que necesitasen, puede parecer un castigo, pero la realidad es que Supervivientes se lo puso a huevo, conscientes de que dejar a Montoya y Anita juntos, encerrados en un pequeño cubículo, iba a tener pingües beneficios para todos, especialmente para Supervivientes.

El beso de Anita y Montoya

Pasó lo que todo el mundo sabía que iba a pasar. El contacto hace el cariño y donde hubo fuego quedan brasas. Montoya y Anita acabaron besándose creyendo -o no- que las cámaras de Supervivientes no les estaban grabando. A ver, que la cámara está ahí siempre y que el foco se ve más que de sobra en plena noche. Pero, bueno, eso es lo de menos. Se besaron, punto. Ya se había conseguido el primer paso. El segundo era tratar ese momento durante alguno de los programas, y que mejor que en el programa donde las tormentas no te dejaban hacer más que eso.

Todo ocurría al caer la noche, cuando todos los gatos se vuelven pardos. Antes de dormir, y bajo la misma sábana, Anita metía su pierna entre las de Montoya. "¡Ay, la pierna! Siempre me metes la pierna en medio. Te gusta la sabanita, ¿eh?", le soltaba él. Cada vez más cerca, Anita no dudaba en tocarle la cara: "Está mordible". "Mordible no, no pienses en morder...", le respondía él. Y, entre abrazos y caricias, Anita y Montoya se dejaban llevar yse besabancuando creían estar solos: "No hay cámara, ¿no?", se preguntaba ella. Momentos después, los micrófonos del programa captaban una inesperada frase: "A ver si voy a volver preñada...".

Con el beso ya conseguido, había que ver el segundo acto. Con la palapa abierta ante "la situación límite por el temporal", Supervivientes sentaba a Anita y Montoya para hablar con Carlos Sobera sobre su acercamiento. Anita y Montoya confesaban que llevaban "meses" sin pasar tanto tiempo juntos, algo que Anita explicaba que "lo necesitaban los dos" para hablar: "Tengo un apoyo muy fuerte en la otra playa, pero nunca hemos hablado de cosas que tenemos pendientes".

"Lo he vivido con mucha emoción, para mí ha sido una cura emocional, no sabía que la persona que más ansiedad me ha dado en los últimos tiempos iba a ser quién me la iba a quitar. Lo que prima es la cordialidad y respeto que le tengo, lo necesitaba porque lo he pasado muy mal. Ahora, estar sintiéndome así de feliz y viendo un apoyo en ella, creo que es lo máximo", decía un Montoya muy emocionado hablando de sus sentimientos. Montoya es como doña Inés y Anita como don Juan. Habiendo vivido los dos los mismos, la manera de expresar los sentimientos de uno y otro es lo que hace que Montoya sea la intensidad hecha persona. Porque no fue lo único de anoche.

La noche de traca de Laura Madrueño

Supervivientes les hizo jugar a los supervivientes a los dilemas. El programa los tentó con sus objetos más preciados a cambio de comida. Y, por supuesto, Montoya dio el espectáculo, ese que se necesita siempre en un reality. Laura Madrueño, que anoche no estuvo muy fina y es comprensible cuando te enfrentas a los brotes de Montoya y Carmen Alcayde, ofreció a Montoya intercambiar el peluche que se llev´a Supervivientes como objeto íntimo a cambio de una pizza. Lo que nadie se esperaba es que Montoya se rompiera en pedazos al hablar del peluche y de su perra, pues es el peluche con el que Montoya quería recordar a su mascota en Supervivientes.

Y es que resulta que antes de viajar a Supervivientes, su perra se quedó ciega. De verdad que si lo escribe un guionista no nos lo creemos. "Se me quedó cieguita antes de venir", repitió tantas veces como pudo entre lágrimas. "Siempre haces que me emocione, Laura. Es que se me quedó ciega, y le encantaba jugar y hacer de todo", le contó a Laura Madrueño con un llanto desconsolado que descolocó a la propia Laura Madrueño que acabó soltando una frase más que inoportuna: "Bueno, pero está bien y en casa. Está ciega, pero nos estará viendo".

Pero con Montoya nunca sabes lo que puede pasar. Del llanto pasa a la risa y de la risa al llanto. Así que cuando finalmente eligió la pizza terminó diciendo lo bien que olía esta recompensa y se dirigía a Laura Madrueño: "Y esta mujer también huele a gloria". Lo que desataba la risa de Carlos Sobera: "Ten cuidado que te come, te pega un mordisco rápido".

Si alguien pensaba que esto iba a acabar aquí es que no conoce a Carmen Alcayde. Hoy Carmen Alcayde es Trending Topic en X y lo es porque ya es el nuevo meme de Supervivientes. Cuando le llegó el turno a Carmen Alcayde de elegir, Supervivientes ya había lanzado el anzuelo. La colaboradora de televisión recibía una inesperada sorpresa por su cumpleaños que le hacía no sólo llorar sino brotar como pocas veces se ha visto brotar a alguien en televisión, a excepción de Montoya.

Cuando Laura Madrueño destapaba una de las cajas y Carmen Alcayde descubría que bajo ella se encontraba una tablet se puso gritar de tal manera que es casi imposible describirlo. "¡Imágenes no puedo! ¡Me voy a morir!", repetía sin parar de llorar. Al darle al play, aparecía Charli, su pareja: "Cariño, muchísimas felicidades. Disfruta de tu día , sigue haciéndonos reír, eres increíble. Está todo genial, tengo muchas ganas de verte pero tarda lo máximo posible. Te quiero mucho".

Momentos después, y sin aún no haberse recuperado de la emoción de ver a su chico, llegaba el mensaje de sus tres hijos. "Nooo, ahora sí que me voy a morir. ¡No puedo, no puedo! Ay qué guapos están", gritaba completamente fuera de sí. Tras escucharlo, Carmen Alcayde se descontrolaba aún más dando las gracias al programa por "el mejor cumpleaños de mi vida". Pero el momentazo llegaba cuando Supervivientes le obsequiaba con una tarta, Carmen Alcayde soplaba la vela y la tarta... la tarta se desparramaba del plato debido al estado de nervios. "Es lo mínimo que nos ha podido pasar", apuntaba Laura Madrueño sin poder aguantar las risas. De verdad, no serán los supervivientes más fuertes, ni los que mejor hacen las pruebas, pero pon un Montoya y una Carmen Alcayde en tu vida, y vivirás en un meme constante.