Prueba de temple barcelonista

ES LO QUE HAY

Prueba de temple barcelonista
Josep Maria Artells Periodista

El Clásico será una prueba de temple para el barcelonismo. Un choque de sensaciones interpuestas. Un partido para volver a demostrar la templanza y el ‘seny’ en los momentos más duros. No solo juega Vinicius, del que se encargará perfectamente Araujo. La cita cumbre de LaLiga llega con el Barça estigmatizado y sentenciado antes de que la jueza empiece a instruir el proceso. El ‘Caso Negreira’ se ha convertido en una una especie de ‘causa general’ sobre la que mojar pan. Hasta el CSD se ha asegurado una silla en representación del Gobierno.

A los pocos minutos de saberse que De Burgos Bengoetxea pitaría el partido, los portavoces del madridismo más rancio resumieron el currículum del árbitro vasco: enseñó una tarjeta roja a Cristiano en la final de la Supercopa de 2017 ante el Barça y pitó un penalty dudoso de Keylor Navas a Luis Suárez.

El Camp Nou sabrá discernir lo accesorio y propagandístico sobre lo que realmente cuenta mañana, que es crear una atmósfera futbolera, ensordecedora, para empujar a los jugadores sin caer en provocaciones externas. Es un Clásico de alto riesgo en el que se han echado a faltar declaraciones para suavizar el ambiente. Llama la atención que ningún organismo de los que comparten la acusación contra el club blaugrana haya tenido el detalle de rebajar el tsunami de improperios en los últimos días.

Pero no hace falta dar lecciones de civismo en el viejo coliseo blaugrana. Tampoco se ha lucido Laporta, balbuceando ante los capitanes del club esos ataques y a continuación citando a los “sinvergüenzas” que difaman en el descampado de la calle. El informe interno ha pasado a mejor vida y, si hay suerte, se mostrará en el nuevo Museo. Las explicaciones han quedado suspendidas. Se veía venir. Una rueda de prensa, ahora, podría dejar en mal lugar las aclaraciones esperadas mientras avanza el proceso judicial que lleva a cabo Anticorrupción.

La creencia de que hubo compra parece descartada. De otro lado, hay penalistas que sostienen que la sola intención de insinuar y pagar para obtener una situación de privilegio en la competición puede comportar problemas al club. ¿Qué intención tenía haber pagado precios desorbitados a un vicepresidente del CTA en activo a lo largo de 18 años?

No es fácil aceptar el grito despectivo de “A Segunda” de San Mamés que crece en otros campos. Tampoco que se lancen billetes con la expresión ’mafia’ tal como también pasó en el Bernabéu. Ni el goteo continuo de informaciones para alimentar un relato dantesco que desprestigia la reputación de los 124 años del Barça. Se percibe un aire viciado de ensañamiento, escarmiento, lo que no excusa a los presidentes de sus errores.

Tebas dejó su huella en Barcelona invitado por La Vanguardia. El presidente de LaLiga descartó que el Barça hubiera comprado árbitros (reflexión compartida por Rubiales en ‘Marca’), pero reconoció que el ‘Caso Negreira’ está haciendo un daño reputacional al Barça y al mismo organismo que él preside.

“Estamos ante la crisis reputacional más grande de LaLiga” proclamó en su línea para subrayar que el pago continuado ofrece la sensación de “querer influir en los árbitros”. A Laporta le tiró con bala: “Hay que huir de los victimismos”. Para hacerse perdonar su duro posicionamiento ante el FC Barcelona desveló que su familia por parte materna era catalanoparlante y que por esa razón sus amigos le llaman ‘Xavier’. “Con equis”. Impactante.

En el palco estarán Laporta y Florentino juntos. Los dos vendrán comidos, no habrá comida oficial. Caras circunspectas (si la TV se digna a mostrarles), lo que no significa que la alianza por la Superliga se haya roto. En el banquillo, Xavi y Ancelotti, el egarense un optimista por naturaleza y el italiano pragmático a rabiar: no toca lo que funciona. El blaugrana puede sellar el título que obsesiona al club, la Liga del renacer, se conquiste con fútbol de toque o con una un fútbol precario, mientras el madridista está obligado a ganar para poner presión al líder mientras mantiene la carta de la Champions.

Pedri se resintió de su lesión. Había ilusión para volver a disponer del fino centrocampista pero la decisión coherente es resguardarlo. Cuesta creer que el fútbol fluido del Barça dependa exclusivamente de un jugador de 20 años, una señal un tanto decepcionante constatada en los últimos partidos. Lewandowsky lo ha visto claro: faltan dos buenos fichajes para ser un gran equipo en Europa

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