La política migratoria en Estados Unidos aún genera incertidumbre y consecuencias inesperadas para miles de familias. Uno de los casos más impactantes es el de Camila Muñoz, una inmigrante peruana que fue detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) cuando regresaba de su luna de miel junto a su esposo, Bradley Bartell.
Si bien su historia, revelada por USA Today, generó indignación y puso en evidencia los efectos de las estrictas políticas de deportación, la carga irónica también se mostró con fuerza, toda vez que el sujeto admitió haber votado por Donald Trump en noviembre del 2024, sin pensar que sus promesas de campaña también lo afectarían de manera devastadora, tanto a él como a su esposa.
La pareja vivía en Wisconsin y planeaban construir una familia juntos. Camila, quien había llegado a Estados Unidos con una visa de trabajo en 2019, había logrado establecerse y estaba en proceso de obtener la residencia legal tras casarse con Bartell, pero fue detenida por ICE al aterrizar en un aeropuerto tras su luna de miel en Puerto Rico.
Cambio de paradigma
A pesar de que su proceso migratorio para obtener la residencia está en pleno trámite, las facultades de la agencia permitieron la detención de la mujer, lo que generó un profundo cambio de opinión en Bartell, quien confesó haberse arrepentido de haber votado por Donald Trump en las elecciones pasadas.
Motivado por la promesa de combatir la inmigración ilegal, nunca imaginó que las políticas que apoyó afectarían a su propia esposa. “Pensé que estaban enfocándose en criminales, no en personas como Camila, que siguieron las reglas”, expresó el hombre en un video difundido a través de redes sociales. Ahora, enfrenta la incertidumbre de saber si podrá volver a reunirse con ella.
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El limbo migratorio y los costos de la detención
Tras varios días de búsqueda, Bartell logró rastrear a Camila en un centro de detención en Luisiana, donde comparte celda con otras 80 mujeres. Según informes, ICE gasta aproximadamente 282 dólares diarios por cada inmigrante detenido, pero el costo emocional para las familias separadas es incalculable.
Camila no es un caso aislado. Según USA Today, las políticas migratorias endurecieron los procedimientos de detención, lo que afecta incluso a inmigrantes en proceso de regularización y con lazos familiares en Estados Unidos. Los aeropuertos de Puerto Rico e Islas Vírgenes se convirtieron en puntos de control donde cada vez más personas enfrentan la misma situación.
A pesar de las barreras, Bartell y Camila están determinados en luchar por su amor hasta el final. Las llamadas diarias de alto costo y la incertidumbre sobre su futuro son ahora parte de su realidad. Mientras el caso de la mujer sigue en manos de las autoridades migratorias, su historia refleja el impacto humano de las decisiones políticas y la fragilidad del sistema migratorio en el país.