“Es muy decepcionante que este sea el último partido”. Yi Jianlian, la estrella del basket chino que ha marcado los destinos de su selección en los últimos años, apenas podía contener las lágrimas tras acabarse el partido ante Nigeria. Sus 27 puntos no bastaron para evitar la derrota (86-73) y con ello el gigante asiático perdía el tren de los Juegos de Tokio. Con ello se escapaba el último sueño y la oportunidad de poner fin a su carrera de 17 años en el basket profesional de manera triunfal.
El revés de los anfitriones, combinado con el triunfo de Irán sobre Filipinas por 95-75, permitía a los persas superarles en diferencial de puntos, lo que sumía al basket chino en una profunda decepción.
“Soy yo quien ha decepcionado a los aficionados”, decía contrariado el legendario Yao Ming, presidente de la federación desde 2017 y uno de los hombres más influyentes en el deporte del país. “Los aficionados tenían muchas expectativas con China en el Mundial, pero no lo hemos logrado”, aseguraba Yao, cuya imagen consolando a Jianlian al final dio la vuelta al país. El hashtag “Yao Ming llorando” tuvo 650 millones de visionados en Weibo, una red social china que sería asimilable a Twitter.
La organización del Mundial de basket en China ha tenido un impacto social notable, con la televisión estatal emitiendo 24 horas de cobertura y ofreciendo en directo casi todos los partidos, pero deportivamente la selección no ha estado a la altura.
Las medallas resultaban un objetivo fuera de alcance pero lograr la clasificación directa para los Juegos era realista a la vista de la preparación realizada y del apoyo que recibiría el equipo en su país. A la hora de la verdad, la presión pudo con los jugadores.
“El Mundial era una ventana para que miremos al mundo. Desafortunadamente, el espacio entre China y las potencias baloncestísticas mundiales se ha ampliado”, lamentó Yao, quien no obstante reafirmó su “determinación de continuar” con unas reformas que han llevado a consolidar la liga profesional CBA como una de las mejores del mundo y a tratar de construir una estructura de formación para trabajar con jóvenes jugadores. La base existe porque se calcula que hay unos 300 millones practicantes en todo el país.
La NBA, consciente del interés por este deporte, ha abierto más de 200 tiendas en el país, con una central en Pekín recientemente inaugurada. Con 180 millones de seguidores de la liga en redes, es obvio que la liga americana despierta pasiones pero eso se traduce más en consumo deportivo que en excelencia de practicantes.
Yao dirigió un cambio notable en el draft de esta liga CBA las últimas temporadas, incrementó el número de equipos, obligó a modernizar la imagen de cada uno y elevó el listón salarial para tratar de atraer a nuevos talentos que se marchaban a las universidades norteamericanas, al mismo tiempo que se protegía al jugador nacional. El apoyo de la firma de seguros China Life ayudó a consolidar todas estas medidas en la élite.
Tras el último revés de la selección, un grupo de periodistas especializados hizo un llamamiento en los medios a los seguidores para dar un voto de confianza al dirigente y mantener la fe en estas reformas.
Tras perder el primer tren de los Juegos, China peleará ahora con otros 24 países en el torneo Preolímpico pero ahora la exigencia es máxima, pues sólo cuatro estarán en Tokio 2020.