No todo fueron malas noticias para Stephen Curry. Después de tener que aguantar como Draymond Green volvía a descarrilar, una acción ante la cual no pudo contener las lágrimas, el base de los Golden State Warriors se recuperó de la mejor forma y fue clave en la victoria de los suyos.
Los de la Bahía escaparon con la victoria de Orlando por 93-101, un importante triunfo que llevó el sello de Curry en un final de partido marca de la casa. Don Stephen fue el encargado de, literalmente, matar el partido: suyos fueron los útimos tres puntos del encuentro y como no podía ser de otra forma, tuvo que sacar a pasear su celebración para decirle a todo el mundo que ese partido se había terminado en ese momento.
Curry estuvo expresivo como pocos días, desfogándose con el banquillo tras el triple que certificaba el triunfo de los suyos.