La belleza de la intensidad y la emoción de los playoffs también reside en heroicas acciones en el barro que desprenden sudor y derrochan coraje como sucedió anoche en Cleveland, abrazada a la épica sobre todo desde el anillo de 2016 con la remontada del 3-1 en las Finales con LeBron James al frente. Evan Mobley, en un esfuerzo que bien mereció la pena para enterrar un poco más la nostalgia de los tiempos de The King, taponó a Franz Wagner cuando los Magic buscaban el empate a falta de 5 segundos con 102-100 para unos Cavaliers que acabaron ganando 104-103 para poner el 3-2 en la serie.
La frenética sucesión de acontecimientos del final fue un fugaz resumen de lo que fue el Game 5 en esta disputada eliminatoria, una sucesión de intervenciones de los protagonistas del choque. Mobley, multiplicándose en la pintura ante la baja de Jarrett Allen, dio la estocada final al partido para olvidar de Franz Wagner, víctima el alemán de los abruptos contrastes de los playoffs al pasar de 34 puntos en el cuarto encuentro a 14 anoche con un 3/11 en tiros de campo.
Tras el tapón de Mobley, Donovan Mitchell ató el triunfo y culminó su redención al anotar dos tiros libres para llegar a los 28 puntos pese a un 9/23 en tiros de campo. Y una vez Spida lo cerró, el mejor del partido, Paolo Banchero dejó su recital en 39 puntos -16 de ellos en el último cuarto-, con un triple inocuo. Un esfuerzo que acabó siendo en vano.
Darius Garland secundó a Mitchell con 23 tantos, acabando también Mobley con una buena hoja estadística con 14 puntos y 13 rebotes.
En el peor momento, con los Magic con confianza tras empatar el 2-0 inicial y la ausencia de Jarrett Allen por un problema de costilla, los Cavaliers apelaron a ese guerrillero espíritu que necesitarán para afrontar el resto de los playoffs. Después de todo, saben que, si algo funciona en Cleveland, es la épica.
Lee también
