Los Detroit Pistons se proclamaron anoche definitivamente la versión 3.0 de los Bad Boys. A la competitividad del equipo -camino de clasificarse directo a playoffs tras dos temporadas siendo el hazmerreír de la NBA-, se le une también otro requisito indispensable para tal honor como liar una trifulca como la que armaron anoche contra los Minnesota Timberwolves.
En un altercado con ciertas reminiscencias de Malice at the Palace entre Pistons y Pacers en 2004, la melé se saldó con nada menos que siete expulsados, incluyendo el propio entrenador de los Pistons, J.B. Bickerstaff, y Pablo Prigioni, técnico asistente de los Timberwolves y ex jugador de Real Madrid y Baskonia entre otros. El partido acabó con victoria para Minnesota (123-104).
Todo estalló con 8:36 por jugar del segundo cuarto y con los Pistons 29-39 arriba. Naz Reid, de los Wolves, penetró y recibió falta de Ron Holland. Donte DiVincenzo, de Minnesota se metió en el ajo pese a que él no había participado en la jugada y agarró del cuello a Holland. Fue entonces cuando se lió la mundial, con los entrenadores y los asistentes metidos también en el fregado.
Según Associated Press, Bickerstaff y Prigioni se empezaron a chillar uno al otro y tuvieron que ser separados. La batalla campal se saldó con un total de siete expulsados, con los Pistons perdiendo a su entrenador, Isaiah Stewart, Ron Holland II y Marcus Sasser y los Timberwolves viendo cómo Naz Reid, Donte DiVincenzo y Prigioni tenían que encarar también el camino de los vestuarios.
Hubo un total de 12 faltas técnicas, el mayor número en la NBA en 20 años. Habrá que ver ahora el carrusel de suspensiones que anuncie la liga estadounidense en las próximas horas.
“Obviamente, las cosas fueron demasiado lejos”, reconoció el entrenador de Detroit, J.B Bickerstaff. “Pero cuando ves chicos cuidando del otro, intentarse proteger, chicos intentando apoyarse… eso son cosas no negociables en nuestro vestuario”, agregó un Bickerstaff que pareció encontrarle un lado positivo a la trifulca.
El técnico de Minnesota, Chris Finch, también expresó su opinión.
“Pensé que antes de eso el partido había sido demasiado físico. Es desafortunado, pero sabíamos que ellos eran un equipo súper físico. Te pegan, te agarran, todo lo que esperas de un equipo físico. Pero pensé que llegó un punto en el que los jugadores fueran a tomar las riendas. Nunca quieres eso”, lamentó Finch.
Los Timberwolves remontaron una diferencia de 16 puntos. Julius Randle y Anthony Edwards lideraron a Minnesota con 26 y 25 puntos en un partido en el que Rudy Gobert también sobresalió con un llamativo doble-doble de 19 tantos y 25 rebotes para mantener a los Wolves en la pelea por los playoffs, séptimos con 43-32 mientras que los Warriors son sextos con 43-31.
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Malik Beasley comandó con 27 puntos a unos Pistons sin Cade Cunningham que aguantan en la quinta posición del Este con 42-33 pese a esta dolorosa derrota. En cualquier caso, los Bad Boys están de vuelta.