Hay compras que haces por si acaso… y terminan siendo imprescindibles. Así me pasó con este inflador portátil CaRSun. Lo pillé sin mucha fe —más por evitar líos en carretera que por otra cosa— y ahora no entiendo cómo me las apañaba sin él. Compacto, potente y multifunción: lo tengo siempre en el maletero y más de una vez me ha salvado el día.
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A simple vista parece un gadget más, pero este inflador infla una rueda de coche en apenas dos minutos, sin necesidad de cables ni enchufes. Tiene una presión máxima de 150 PSI y un sistema de apagado automático que evita que te pases inflando. Lo conectas, eliges el modo y él se encarga del resto.
Funciona con dos baterías recargables de 2000 mAh, así que te olvidas de depender del mechero del coche o buscar un enchufe. Tiene autonomía para trabajar hasta 15 minutos seguidos, más que suficiente para hinchar las ruedas del coche, la bici o una colchoneta de playa.
Lo mejor es que viene con modos inteligentes preconfigurados: pelota, bici, moto y coche, y un modo manual para ajustar la presión que necesites. Es tan sencillo de usar que no hace falta ni leer el manual (aunque lo trae, por cierto).
Pero no se queda solo en inflador. Tiene linterna LED por si te toca inflar algo de noche y además funciona como powerbank, con entrada USB-C y salida USB-A. Ideal para cargar el móvil en caso de emergencia mientras esperas al seguro (o simplemente para tener una linterna siempre a mano).
Por 29,99 € es uno de esos gadgets que no brillan en redes sociales pero que en la vida real marcan la diferencia. Y si te gustan estos descubrimientos útiles y discretos, no dejes de visitar nuestra sección de El Recomendador. Te prometo que encontrarás más de una joya como esta.