La espera se ha hecho larga, pero el Athletic vuelve a pasear su nombre por el viejo continente después de seis años. La primera estación será Roma, la ciudad eterna. Un cosquilleo especial recorre el cuerpo de todo athleticzale. “Nos ha costado llegar aquí de nuevo, pero veo caras de alegría y de ambición. Los chicos tienen ganas de demostrar y de llevar el escudo a lo más alto”, ha afirmado Iñaki Williams en la sala de prensa del Olímpico antes de entrenar.
Ha reconocido estar “súper emocionado y contento” por regresar a Europa. Una cita doblemente especial para Williams. Primero porque firmó la última diana de los leones en Europa League en 2018, en el cruce con el Olympique Marsella, y también porque logró su primer tanto con la zurigorri en Italia, ante el Torino. “Guardo mucho cariño de esta competición. Fue mi primer partido en Europa, en un estadio mítico, y pude hacer gol”.
El deseo de Williams es “volver a marcar y ser el primero de esta nueva racha” de los bilbaínos en sus andanzas continentales. Mucho ha cambiado desde aquella eliminatoria hace seis años y medio. Entonces Iñaki se asentaba en la élite. Mañana quizá salte al verde luciendo el brazalete de capitán del Athletic. “Cuando echo la vista atrás pienso en todo lo que he conseguido y ni en el mejor de mis sueños lo imaginaba. Cuando eras pequeño soñabas a lo grande y veías en el futuro ser uno de los líderes y ver que se va consiguiendo poco a poco y con trabajo me hace sentir muy orgulloso”.
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La Roma será un rival “muy duro” en este debut, sin embargo Iñaki confía en poder “hacer bien las cosas” y llevarse un buen resultado para Bilbao. ¿Cómo se encara una cita de este calibre? “La mejor elección es afrontarlo como en la Copa. Ir ‘a lo bajini’. No mirar lo que podría ser, sino en mañana”. La final de San Mamés “es una motivación, pero es muy complicado”. Aunque Williams no renuncia a nada: “Ojalá se pueda dar, pero paso a paso”.
Por de pronto, únicamente mira a una Roma con “mucha calidad, no solo en defensa sino en ataque” y a la fase de liga. “Quedar entre los ocho primeros te ahorra una ronda. Vamos a intentarlo, pero si no lo conseguimos no hay que echarse las manos a la cabeza. Jugamos contra uno de los favoritos, tenemos que poner el DNI y enseñar nuestras credenciales".