“Merecimos perder. Durante 70 minutos no jugamos como un equipo que quiere ganar”. Así de contundente se mostró Thomas Tuchel, técnico del Bayern, tras la dura derrota de los suyos ante el Werder Bremen (0-1). Una feroz autocrítica que, según ‘Bild’, levantó algunas ampollas en el seno del club muniqués pero que, al menos, surtió efecto en sus jugadores.
Aunque por la mínima (1-0), los bávaros derrotaron al Union Berlín, en un duelo correspondiente a la 13ª jornada de la Bundesliga -aplazado en su día por la nieve-, y se llevaron tres puntos que les dejan a cuatro del líder Bayer Leverkusen. El único gol de la noche corrió a cargo de Raphaël Guerreiro, de vuelta al lateral izquierdo por el ‘banquillazo’ de Alphonso Davies.
Recital de Ronnow en el primer tiempo
Por parte berlinesa, el más destacado fue Frederik Ronnow, cuyo buen hacer bajo palos evitó un resultado más abultado. El danés logró echar el cerrojo en el primer tiempo con varias intervenciones de mérito: una doble parada a De Ligt y Upamecano a los seis minutos, otra gran estirada tras disparo Coman en el 11’ y un pie salvador ante Musiala después de que se le escapara un primer tiro de Goretzka, ya en el añadido.
La nota negativa la puso Upamecano, que notó una molestia en la parte posterior de su muslo y fue sustituido por Dier tras el paso por vestuarios. El inglés, que debutaba con el Bayern, no tardó ni un minuto en celebrar su primer gol con el campeón alemán.
Su compatriota y ex compañero Harry Kane se topó con el poste, pero Guerreiro se aprovechó del rechace y puso un 1-0 que ya no se iba a mover. Estuvieron cerca de lograrlo el propio Kane, al que le anularon un gol con el que hubiese superado a Lewandowski como el jugador con más anotaciones (22) en una primera vuelta de Bundesliga, y Behrens, que reclamó lo que parecía un penalti claro de De Ligt cuando encaraba, totalmente solo, a Neuer.
Tensión Sané-Bjelica, expulsado
La decisión del colegiado caldeó los ánimos visitantes y Nenad Bjelica, entrenador del Union, terminó expulsado tras tocarle hasta en dos ocasiones la cara a Sané, que trató de arrebatarle el balón de las manos al croata. Crisis eludida en el Bayern... por ahora.





