La palabra 'estabilidad' hace tiempo que desapareció del diccionario del Bayern de Múnich. Thomas Tuchel, que ya sabe que será cesado a final de temporada, trata de mantener la ilusión y acabar su etapa con algún título, pero tampoco está para morderse la lengua.
Esta misma semana se anunció la incorporación de Max Eberl como director general deportivo, algo que no gustó nada al técnico del Bayern, que así lo hizo saber en la rueda de prensa ante el Friburgo.
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"Es la tercera vez en diez meses que reestructuramos el organigrama. Y por tercera vez justo antes de un partido de la Bundesliga", dijo quejándose Tuchel del momento de anunciar la llegada de Eberl, del que asegura que "esperamos su pleno apoyo, nos lo ha asegurado. Lucharemos los últimos meses con ganas y pasión".
Por fortuna, aun a sabiendas de que al llegar junio tendrá que hacer las maletas, el ex del Chelsea y PSG confesó que "conozco a Max de antes y de la conversación que hemos tenido", aunque pareció dejar en duda como lo hará al expresar que "veremos qué efecto tiene".
De forma algo disimulada, Tuchel dejó claro que no va a ceder ni un palmo en lo deportivo. "Creo que seguiré siendo el responsable de las alineaciones. Nadie me ha convencido jamás de lo contrario", recalcó, mandando un mensaje claro de que "conociendo a Max, eso no cambiará".