José Gainzarain, CEO del RC Celta, señaló este viernes que su probable salida del club está motivada más por “una pérdida de feeling” de la presidenta Marian Mouriño hacia su persona que por una mala gestión.
En una carta difundida a los medios, el todavía dirigente celeste recuerda que la situación que se encontró en el inicio de la temporada 2023-24 era “preocupante” pese a que el club se encontraba saneado por su “prudente” gestión económica en los años previos.
“La política de fichajes de la temporada 2022-23 y que continuó en la 23-24, incluyendo la contratación de Rafa Benítez y su cuerpo técnico, nos llevó a afrontar unos compromisos de pago desorbitados, enfrentándonos a la necesidad de vender jugadores revalorizados para poder cuadrar las cuentas”, explica Gainzarain.
Por ello, detalla que elaboraron “un plan estratégico” basado en cuatro puntos: la “reconexión” con el aficionado y las instituciones, la “promoción” de un entrenador de la cantera -Claudio Giráldez- para “limitar” el número de fichajes “a puestos muy específicos y jugadores contrastados” y la búsqueda de más “ingresos comerciales”.
“En el área corporativa, hemos incrementado los ingresos en un 40 por ciento y el resultado bruto en un 190 por ciento en relación a la temporada 22-23. Esta línea trazada en este año y medio es la que hay que seguir para en 2 o 3 años intentar compensar el hueco que deja el gasto deportivo y no tener que depender de ventas de jugadores extraordinarias. Esto es, conseguir ser autosuficientes y equilibrar ingresos y gastos”, destalla el todavía director ejecutivo del Celta.
El comunicado de Gainzarain llega un día después de que el club informase que está “evaluando” hechos relacionados con la gestión de su CEO corporativo y de la directora financiera, Sonia García, para decidir su futuro en la entidad.