Leo Messi, con sus goles, sigue salvando a Argentina en los partidos que se ponen feos. Sucedió también ante Ecuador, donde su golpe franco directo dio la victoria a la albiceleste en un partido clasificatorio para el Mundial. Tras el encuentro, sin embargo, Messi quiso explicitar quién fue el héroe del partido, el central Cristian Romero, a quien señaló como “el mejor defensa del mundo en este momento”. Y lo argumentó a Telemundo: “Tenerlo detrás de mí es lo mejor que me puede pasar. Él siempre me obliga a ir hacia adelante, porque siempre quiere jugar uno contra uno con su oponente. Me he acostumbrado a no mirar atrás y eso es muy bueno para un jugador de ataque”.
Las palabras de Messi denotan, más allá de la admiración por su compatriota y amigo, la comodidad que supone para él jugar con un central de garantías. Tanto es así que, en el verano de marras de 2021, ese que Messi pensaba que iba a renovar con el Barça, ya insistió a Laporta que Cuti Romero era el central que necesitaba el equipo de Koeman. Harto de “parches y malabares”, Leo suspiraba por la incorporación del central de la selección mientras su padre deslizaba este interés a Laporta en sus negociaciones. Ese año, en el Atalanta (cedido por la Juventus), Romero fue elegido mejor defensa de la serie A. El Barça necesitaba delanteros, más que centrales, Laporta hacía oídos sordos a la petición y Atalanta compró el jugador por 16 millones, antes de hacer el negocio del siglo revendiéndolo al Tottenham por 50. El Barça no podía aspirar a eso. Al final, no vino el Cuti y, además, se echó a Messi, en la peor decisión del actual mandato.