Frenkie de Jong (27 años) volvió a jugar cinco meses y diez días después de sufrir la lesión en el tobillo derecho que le ha tenido en el dique seco desde el pasado 21 de abril. Aquel día, en el Clásico de la segunda vuelta de la pasada Liga, el holandés se hizo daño en una disputa con el madridista Fede Valverde.
Ante el Young Boys, De Jong salió sustituyendo a Lamine Yamal y la afición azulgrana fue generosa con él. La prueba es que le ovacionó cuando saltó al campo y también antes, cuando empezó a hacer ejercicios de calentamiento en la banda a los dos minutos del inicio de la segunda parte.
Cuando salió al campo, De Jong se puso junto a Casadó en el doble pivote. El holandés no entró demasiado en juego pero cuando el balón circuló cerca de su zona de influencia lo buscó sin miedo. Tras tanto tiempo sin jugar y después de varios episodios de problemas con su tobillo derecho, Frenkie se mostró activo especialmente a la hora de intentar cortar el juego del Young Boys. También se entregó sin miedo en alguna disputa aérea. Al final, lo más positivo es que De Jong volvió a jugar, acabó sin problemas físicos y la afición le recibió con alegría, todo un punto a su favor después de los pitos que escuchó en el Gamper, cuando fue presentado junto al resto de sus compañeros.
El centrocampista neerlandés había hablado el domingo, en una hábil jugada propia y del área deportiva comandada por Deco: tocaba desactivar rumores que enervaban a muchos culés. Como, por ejemplo, que cobra 37 millones por temporada o que se había negado a operarse cuando era la recomendación de los servicios médicos. Frenkie dijo que era algo consensuado con los doctores no pasar por el quirófano. La verdad es que la operación se planteó por si el tratamiento conservador no funcionaba. Ayer volvió a jugar. Ahora, para confirmar que funciona realmente, hace falta que tenga continuidad.