El kit de supervivencia culé

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El kit de supervivencia culé

xavierbosch.cat

La pasada semana, las autoridades de la Unión Europea presentaron un sorprendente plan para pedir a sus ciudadanos que tengan siempre a mano un kit de supervivencia de tres días para eventuales casos de emergencia, como una posible guerra o una catástrofe natural. Un aviso cargado de alarmismo para unos, conveniente para otros y que, sin duda, no deja a nadie indiferente. Y más cuando hoy hace cinco años estábamos mundialmente encerrados en casa, comprábamos papel de váter a punta pala, y el Doctor Antoni Trilla había ya bajado al césped del Camp Nou para contarles a Bartomeu, Setién, Messi y compañía lo que era eso del coronavirus. 

Hoy, la Comisión Europea nos has resquebrajado la percepción de vida segura en la que estábamos instalados y nos dice que el kit debe incluir agua embotellada, alimentos envasados no perecederos, radios a pilas, pilas para la radio, una linterna (también a pilas, supongo), una batería de repuesto para el móvil, medicamentos imprescindibles, productos de higiene, gafas, dinero en efectivo, un hornillo y un extintor. Menuda fiesta nos vamos a montar, con atún enlatado a mansalva. Nada dice de libros, el famoso kit. La cultura y el deporte han desaparecido en el paquete para sobrevivir estas 72 angustiosas horas. 

Ya sería mala suerte que, de nuevo, se detuviese el mundo ahora que el equipo de Hansi Flick está en estado de gracia, que Szczesny parece Ramallets, que Lewandowski vive una segunda juventud, que Ferran es más tiburón que nunca, que De Jong ha callado bocas y que Pedri y Lamine Yamal compiten por el Balón de Oro a marchas forzadas. Ahora que el Barça está a un partido de colarse en la final de Copa y que los jugadores ya hablan de un triplete que, por cierto, está a quince encuentros de poder ser realidad. ¿Qué tal si, para evadirnos de la realidad, incluimos en el kit un vídeo con los 672 goles de Messi? Así, al menos, nuestro aislamiento será más llevadero. Cojamos también un diccionario de inglés, así cuando volvamos a Montjuïc podamos decir a los turistas que se sienten de una vez, que con tanto selfie no nos dejan ver el partido. Y tengamos también un calendario a mano, para ir contando la cuenta atrás para volver al Camp Nou y para contar los años que nos faltan para construir un nuevo Palau, para el que no hay proyecto conocido, ni aprobación municipal, ni dinero para construirlo. Ya puestos, en el kit incluíamos una copia de los Estatutos del Club, para ver dónde podemos incluir que al socio, todavía dueño del Club, no se le pueden esconder los contratos con constructoras, patrocinadores, proveedores varios, marcas de vestimenta o comisionistas varios en nombre de la confidencialidad. Nunca en la historia del Club, en democracia, había habido tan poca transparencia como ahora. Quizá sea esta opacidad, precisamente, el kit de supervivencia de la actual Junta.

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