Míchel no escondió la realidad tras la dura derrota del Girona en Montjuïc. El técnico ‘gironí’ reconoció la superioridad del FC Barcelona y la dificultad de competir sin balón ante un equipo que asfixió a los suyos desde el inicio.
El líder sigue siendo superior a todos sus rivales. "Hemos visto a un gran Barça. La realidad es que la primera media hora de juego no hemos salido de nuestra área porque contra ellos es muy difícil", admitió. Aunque el empate de Danjuma parecía abrir una puerta a la esperanza, la reacción azulgrana no tardó en llegar. "Cuando ellos han marcado el segundo y el tercero se ha complicado demasiado", reconoció.
Su equipo, acostumbrado a proponer con la posesión, se vio sometido por la presión del conjunto de Flick y mostró dificultades para resistir sin la pelota. "Nuestra manera de entrenar y la plantilla que hemos hecho es para ser más protagonistas", explicó el entrenador, que fue autocrítico con las carencias de su equipo en ese aspecto. "No tenemos jugadores con fortaleza mental defensiva como para aguantar los ataques del Barça y sin balón sufrimos mucho más", lamentó.
Pese a todo, Míchel vio momentos en los que el equipo pudo hacer daño. "He confiado más en la segunda parte que en la primera por las situaciones de velocidad en transición", comentó. "Lo hemos hecho bien en tres o cuatro ocasiones, pero a la mínima que nos hemos equivocado el Barça nos ha penalizado", añadió.
En su análisis, insistió en que el equipo debía haber sido "más agresivo en algunos duelos con Krejci y Miguel", aunque reconoció la superioridad del rival: "El marcador era corto y la intención era ir hacia adelante, pero ellos han sido superiores y merecedores de la victoria", reconoció de nuevo.
Sobre la presión alta del Barça y la fragilidad en algunas jugadas, Míchel fue claro: "Este Barça es ADN Flick. Si a mis jugadores no les nace tener más agresividad, yo soy el responsable de que lo consigan", explicó contundente. Tampoco escondió su frustración por algunos de los goles encajados. "Me siento el máximo responsable y algunos goles me duelen mucho por las circunstancias de la jugada", confesó.
La mala racha del equipo ya se extiende a siete jornadas sin ganar, y Míchel sabe que la necesidad de sumar tres puntos es urgente. "Creo que en alguna hemos merecido más, pero no hemos logrado ninguna victoria", lamentó. Ahora, el foco está puesto en el próximo partido: "Llega el Alavés y necesitamos ganar ya porque queremos romper esa barrera de no parecer un equipo que no puede ganar. Intentaremos sacar los tres puntos porque es un partido muy importante", concluyó.