El gran problema de los equipos de la Primera División española para la primera jornada del campeonato no están siendo las lesiones, ni los fichajes que están por llegar, ni la falta de ritmo de algunos futbolistas. Está siendo el hecho de poder inscribir o no en la competición a aquellos jugadores que aún no están registrados en LaLiga como nuevos integrantes de un equipo.
Un asunto que deriva del incumplimiento o no del Fair Play financiero al que somete LaLiga a los clubes y que a muchos equipos, al haberlo sobrepasado, se les obliga a generar cuatro veces la cifra del gasto que supone inscribir a un futbolista. Lo que se denomina como regla del 1/4. Y eso, claro, es muy difícil de conseguir.
No para al Real Madrid que, a falta de solo unos días para el inicio del campeonato, es de los pocos que cuenta con todos sus fichajes inscritos y, además, desde hace tiempo. De hecho, el de Arda Güler fue el primero de toda LaLiga y a él le siguieron los de Bellingham, Joselu, Brahim y Fran García a la espera de que puedan concretarlo con Kylian Mbappé.
La gestión de la pandemia, clave
Así las cosas, la buena salud financiera de la que goza el Real Madrid, justo en mitad de la remodelación de su estadio, viene de la buena gestión financiera que se hizo durante la pandemia, momento de menor ingresos del club, y en la que la austeridad fue la norma a seguir.
Como se suele decir, quien siembra, recoge y en este caso, el Real Madrid, disfruta ahora de la cuadratura de las cuentas que hizo en el pasado para mirar al futuro con esperanza de poder seguir creciendo.