No es un caso nuevo en la historia reciente de la Real porque con arietes como Finnbogason, Sandro o el propio Carlos Fernández se vivieron episodios similares. Si Take Kubo pasa por ser una eterna bendición para la Real, Sadiq Umar, el fichaje más caro de la historia del club, sigue encarnando la otra cara de la moneda. No se le pueden negar empeño y pelea al nigeriano, pero ahora mismo, no hace nada bien y resta mucho más que sumar al colectivo.
La Real lo fichó para reemplazar a Isak hace año y medio sabiendo que era un futbolista caótico, un melón por abrir no en cada partido, sino en cada jugada. Un verso libre. Pero es que ahora resulta ser un problemón para Imanol. Más allá de aquellas oportunidades perdidas en Mallorca, a Sadiq se le ve totalmente desconectado del juego, como en un ámbito propio no vinculado con el de los demás. Un jugador que desespera porque no se asocia, no ataca bien el área y no llega a esos bombones que en varias ocasiones por partido envían, sobre todo, Javi Galán y Hamari Traoré desde los flancos. ¿Qué le pasa a Sadiq?
Dos goles en 31 partidos
La noche aciaga en Mallorca en Copa no le ayudó. Siempre vivió un tanto desvinculado del juego colectivo, pero es que ahora se le nota totalmente falto de confianza, al punto de marrar controles fáciles y llevarse un porcentaje nimio de disputas, pese a su fortaleza.
Imanol sigue confiando en él pese a que sólo ha anotado dos goles, ambos para enmarcar, en 31 partidos este curso. Su valor de mercado ha descendido de 18 a 16 millones de euros.
Silva tampoco arranca
El resultado de esto es que Kubo ya suma él solo más goles (siete) que los otros tres arietes de la Real, Carlos Fernández, Sadiq Umar y André Silva (seis). El sevillano sigue lesionado y no hay noticias de él. Y el portugués tampoco arranca. Tiene fundamentos, pero no marca