Las dos. A principios de diciembre el barcelonista no se pregunta qué se debe priorizar. El cuerpo técnico, sin embargo, debe hacer una planificación prácticamente quirúrgica para llegar al momento en que se jueguen los títulos con posibilidades de éxito. En diciembre no se gana nada, pero se pueden empezar a perder cosas. El debate sobre Liga o Champions es difícil, porque el barcelonismo hace tiempo que añora sustituir la o por una y. Son dos competiciones distintas, marcadas por la jerarquía mediática de la Champions y la conceptual de laLiga que otorga el título de mejor bloque, equipo, esfuerzo colectivo frente a un torneo más de shock. LaLiga sería ganar un combate a los puntos y la Champions hacerlo por KO. Siempre es más espectacular el golpe definitivo, pero eso no enjuicia al mejor boxeador. Una cuestión es pegada y otra, juego.
Flick apostó ante el Betis claramente por la Champions. “Hice los cambios pensando en el miércoles”, declaró posteriormente. Olmo y Raphinha fueron retirados en el minuto 60 y Lewandowski y Pedri en el 75, dejando a Lamine en solitario en ataque con relación a los jugadores titulares. Entraron Ferran, De Jong, Gavi y Pau Víctor, que no son jugadores menores aunque todavía les falte un punto claro de ritmo competitivo. La apuesta fue reservar a los titulares para el partido ante el Borussia en Dortmund. Puede entenderse a Flick, que sabe que LaLiga aún va a dar muchas vueltas y, en cambio, en la Champions cada vez es más importante ganar los tres puntos para lucir en la mastodóntica clasificación.
Esta competición es más exigente. No cabe la estrategia ni la relajación de lo que era antes la fase de grupos. Pero el técnico alemán sabe que una victoria frente al ‘muro amarillo’ permitiría casi asegurar estar entre los primeros ocho clasificados que no deben competir en el playoff anterior a los octavos. El Barça debe cerrar los partidos cuando va por delante en el marcador más allá del minuto 80, como no sucedió en Vigo y ante el Betis, Hoy, prioridad Champions. El jueves, LaLiga. Esa debe ser la apuesta más allá del ranking de las ilusiones.