Tadej Pogacar correrá la París-Roubaix 2025. Sin duda, se trata de una de las noticias del año, al menos, o como mínimo, para los buenos aficionados al ciclismo, que ya han empezado a contar los días que quedan hasta el próximo 13 de abril para ver al vigente campeón del mundo bailar sobre los afilados adoquines. Tras conocerse la noticia, que como avanzó MD empezó a cocinarse de verdad el primer día del UAE Tour, se han escuchado voces a favor y en contra.
Antes de analizar su presencia en el 'Infierno del Norte' lo que hay que hacer es aplaudir tanto la decisión del ciclista como la de su equipo, UAE Tour Emirates, con el riesgo que ello representa. Como los centrales de fútbol de antaño que no hacían amigos, la París-Roubaix tampoco entiende de respeto ni de amistades y el parte de guerra antes de pasar por las duchas del velódromo siempre incluye a varios ilustres.
De ahí que los que haya quien no aplauda la decisión que Pogacar corra la París-Roubaix, ya que una caída podría poner en duda su competitividad en el Tour de Francia, el gran reto del año, que UAE no puede permitirse disputar y además este año, en el que de vencer Pogacar se quedaría a una victoria del techo de los cinco triunfos que atesoran Merckx, Indurain, Anquetil e Hinault.
Pero ahí reside precisamente el aplauso unánime de la afición. Con su decisión, Pogacar honra al ciclismo. Puede que la derrota sufrida en la Milán-San Remo ante Mathieu Van der Poel le doliera en el alma y aumentara más sus ganas de ser en el París-Roubaix, de la que se acabó de enamorar en el reconocimiento que hizo este año junto a Tim Wellens y que ya conoce bien, puesto que en el 2015 y 2016 ya disputó la París-Roubaix Junior.
¿Qué se la juega, que el riesgo es excesivo, que tiene las de perder ante el físico de otros rivales, como el mismo Van der Poel? Sí, la verdad, pero la vida es de los valientes, de los que arriesgan, de los que se la juegan, y ahí nadie es mejor que Pogacar, quien tiene por bandera ganar dando espectáculo, ya lo dicen, es mejor ganar jugando bien y buscando la portería rival que no aparcando el autobús en tu área. Así se crea afición.