Tras cinco meses de proceso, la justicia argentina decidirá el martes si desestima los cargos contra Hugo Auradou y Oscar Jegou, los dos jugadores de rugby acusados de violación agravada en Argentina en julio, al margen de una gira de la selección francesa.
La decisión de la jueza Eleonora Arenas, que fue tomada en consideración a finales de noviembre, está prevista en una audiencia a puerta cerrada que comenzará a las 9:00 hora local (12:00 GMT) en el centro judicial de Mendoza (oeste).
Auradou y Jegou, de 21 años, están acusados de violación agravada en grupo: los presuntos hechos tuvieron lugar la noche del 6 al 7 de julio en un hotel de Mendoza, donde la selección francesa acababa de jugar un partido contra Argentina.
Los dos jóvenes han mantenido desde el principio que las relaciones sexuales con la denunciante, una mujer argentina de 39 años a la que conocieron en una discoteca, fueron consentidas y sin violencia.
El abogado de la denunciante, por su parte, denunció una violación con «terrible violencia», en un caso que ha visto dos versiones radicalmente opuestas de los hechos, aparte de una convergencia sobre la realidad de los actos sexuales en el dormitorio, y un contexto alcohólico.
La decisión del juez, sin embargo, podría no ser definitiva. Tanto la defensa del demandante como la de los jugadores tienen la posibilidad de apelar, tanto si se desestima como si no, lo que devolvería el caso a otro tribunal, indicó a la AFP una fuente judicial.
Los abogados de los jugadores, al igual que el de su acusador, declinaron hacer comentarios el lunes, en vísperas de las deliberaciones. La defensa de los jugadores se limitó a reiterar su optimismo sobre el resultado del proceso.
Hace quince días, el juez Arenas escuchó los argumentos a favor y en contra del sobreseimiento del caso, en audiencias repartidas en dos medias jornadas.
La fiscalía se había pronunciado a favor de retirar los cargos, como había anunciado al final de la investigación, a principios de octubre. Al principio del caso, sobre todo a mediados de agosto, cuando decidió poner en libertad a los dos jugadores, había señalado «notorias contradicciones, incoherencias y zonas grises» en el relato del denunciante.
Entonces, los abogados de los jugadores también abogaron por el sobreseimiento, que venían pidiendo desde agosto. En su opinión, «todo está dicho» en un caso en el que «el delito no existió», debido a la «existencia de consentimiento». Y este caso es el de una «denuncia escandalosa (...) con fines financieros» de indemnización.
Tras ellos, Natacha Romano, abogada de la demandante, pidió que se rechazara «totalmente» el sobreseimiento del caso y que continuara la investigación, en su opinión con un nuevo fiscal.
También deploró que la vista se dedicara a «acusar a una víctima de mentir», en lugar de «evaluar lo que ocurrió entre (las) cuatro paredes» de la habitación del hotel aquella noche.
En varias ocasiones, Romano acusó a la Audiencia Provincial de Mendoza de «parcialidad» e intentó que se recusara a los dos fiscales encargados de la investigación y, posteriormente, al juez Arenas.
Estos pasos, así como varios recursos procesales sucesivos, elevaron el tono entre los abogados argentinos, con amenazas de nuevas denuncias y reclamaciones por daños y perjuicios.
Por su parte, Jegou y Auradou han vuelto al rugby profesional en Francia: Auradou en el Pau desde octubre, Jegou en La Rochelle en noviembre.
Regresaron a Francia a principios de septiembre, tras recibir luz verde de la justicia argentina, que consideró que «la acusación inicial (había) perdido su fuerza». Al principio del caso, pasaron más de una semana en prisión preventiva, y después casi un mes en arresto domiciliario.