Cuando María Vicente fue convocada a participar con la selección de España en el Mundial de atletismo de pista cubierta de Glasgow, todos los medios deportivos la señalaron como una de las principales favoritas a ganar la medalla de oro.
Sin embargo, su participación estuvo marcada por la mala fortuna. En la segunda prueba del pentatlón, el salto de altura, se rompió el tendón de Aquiles de la pierna izquierda y se perdió no solo el resto del Mundial, sino también la posibilidad de competir en los Juegos Olímpicos de París.
Fue su segunda lesión grave en tres años, por lo que el golpe fue duro, tanto a nivel físico como psicológico. Pero más duro fue ver una y otra vez las imágenes del momento trágico en las redes sociales.
"Aquella semana que todo fue más mediático me salía todo el rato en el móvil, pero yo decía, pasa, pasa. No me veía capaz", dice la catalana de 23 años en una entrevista concedida a Relevo. "Fue un momento muy duro", agrega.
Las imágenes de la atleta llorando de dolor y tristeza se hicieron virales en las redes sociales y aparecieron en todos los telediarios. Pero ella nunca ha podido mirarlas. "No las he visto en ningún momento", asegura.
Lo que alguna vez fue un sueño, los Juegos Olímpicos de París, se convirtió en una pesadilla que prefiere olvidar. Por eso no viajará a la capital francesa como espectadora. "Soy fan del deporte, pero no me veo en París. Tenía muchas esperanzas puestas en esos Juegos, encima cerca de casa... Toda mi familia, mis amigos, todo el mundo tenía entradas. Si alguien quiere entradas, las vendo", comenta.
Hoy, diez semanas después de aquel incidente, María Vicente atraviesa su recuperación con positivismo y alegría, con la mirada puesta en el Mundial de Tokio 2025. "Estoy contenta de que todo vaya evolucionando bien", dice. "Vamos por la mitad de la recuperación y ya estoy mejor, dejando la muleta y empezando a andar, cogiendo fuerzas en el gemelo, en el tendón y poco a poco empezando a hacer más cosas del atletismo".