O acné, o canas: el salto generacional del tenis español

TENIS

El tenis nacional sólo cuenta con un jugador entre los 25 y los 29 años entre los 10 que tiene en el top-100 mundial: Roberto Carballés, de 1993

No hay españoles entre los 100 mejores del planeta nacidos en el resto de años a los que corresponde hoy esa franja de edad: 1992, 1994, 1995 y 1996. Sólo Mario Vilella, de 1995 y el 177 del ránking, está cerca

España sigue la tendencia mundial en lo que parece ya una generación perdida: sólo 14 jugadores de esas edades entre los 50 mejores del mundo cuando hace 10 años eran 28. Además, sólo un tenista de 1993, Thiem, y uno de 1994, Pouille -que sólo se mantuvo una semana-, han estado en el top-10, por ninguno de 1995

Carlos Alcaraz, Alejandro Davidovich, Rafa Nadal y Feliciano López

Carlos Alcaraz, Alejandro Davidovich, Rafa Nadal y Feliciano López

@carlitossalcaraz / @aledavidovichofficial / @rafaelnadal/ @felilopezoficial

O acné o canas. El retrato de los llamados a la última Copa Davis, aunque sesgado –no caben todos–, es una buena muestra del desequilibrio de generaciones en el árbol genealógico del tenis masculino español: a un lado, solitario, el adolescente Carlos Alcaraz, de 18 años, que no acabó participando por Covid-19. Cerca de él, su reemplazo, el aún joven Pedro Martínez, de 24. En el lado opuesto, ya con notables líneas de expresión, los rostros de Feliciano López (40), Marcel Granollers (35) y Roberto Bautista (33), con Pablo Carreño (30), recién salido de la veintena. O treintañeros maduros –o incluso cuarentones–, o adolescentes o jóvenes veinteañeros. Ni rastro de la franja de entre los 25 y 29 años, la que se decía no hace tanto que era la del auge, la de la madurez.

Abunda la escasez de jugadores nacionales en la edad intermedia, inexistente en la última Copa Davis y exigua en el top-100. Hoy, España presume de tener 10 jugadores en el top-100, el segundo país más representado en el selecto club tras Estados Unidos, con 12, pero con un notable desequilibrio entre generaciones. En un nutrido pelotón de treintañeros, permanecen los aún irreductibles ochenteros: Rafa Nadal (nacido en 1986), Pablo Andújar (1986), Roberto Bautista (1988) y Albert Ramos (1988). Al club del 3 se acaba de unir Pablo Carreño (1991). En otro grupo, el de los 24 años o menores: Pedro Martínez, Jaume Munar, de la afamada camada del 97, y Alejandro Davidovich (1999). Como alma libre queda Carlos Alcaraz, aunque más cerca de los noventeros avanzados (2003).

Hay más de dos décadas de diferencia entre Feliciano López, de 1981, y Carlos Alcaraz, del 2003

En medio, entre los treintañeros y los que andan en los primeros años de los veinte, en esa franja de entre 25 y 29, un páramo en el que vive solo Roberto Carballés (1993). Nadie de 1992, de 1994, de 1995 ni de 1996, aunque del 95 lleva años peleando Mario Vilella, ahora 177 del mundo, para entrar en el codiciado grupo. Parece lejano de momento que los tenistas de los demás años a los que les corresponde vivir hoy su madurez alcancen el top-100, pues no hay ningún jugador del 92 ni tan siquiera en el top-1000 mundial, el del 94 más cercano es Eduard Esteve (314 del ránking) y el mejor posicionado del 96 es Alberto Barroso, el 797. 

Carballés (1993), el único jugador español en el top-100 entre los 25 y los 29 años

Carballés (1993), el único jugador español en el top-100 entre los 25 y los 29 años

@robertocarballes

Si tomamos la foto de hace justo una década, a finales de 2011, España, con un número similar de jugadores en el top-100 -13 tenistas-, presumía de un mayor equilibrio generacional. Hasta 7 de los 13  jugadores estaban entre los 25 y los 29 años, con amplio predominio de jugadores nacidos en los 80: Juan Carlos Ferrero y Albert Montañés (1980) y Feliciano López y Tommy Robredo (1981) como treintañeros y David Ferrer (1982), Fernando Verdasco (1983), Guillermo García-López (1983), Nicolás Almagro (1985), Rafa Nadal (1986), Marcel Granollers (1986) y Pablo Andújar (1986) como los jugadores en esa época de madurez. Albert Ramos y Pere Riba (1988), eran los más jóvenes. 

Ya no había jugadores de la década anterior -los 70-, cuando hoy aún quedan cuatro en el top-100 -Nadal, Andújar, Ramos y Bautista-, y no había emergido aún ninguno del decenio posterior, el de los 90, aunque Pablo Carreño andaba por el 136. Le seguía en el 184 Javier Martí (1992), ex entrenador de Paula Badosa, retirado a los 28 años tras sufrir un martirio con las lesiones medido en cinco pasos por el quirófano. También en aquella época se admiraba lo que podía ser Carlos Boluda (1993) y finalmente no pudo ser, despedido de manera anticipada tras retirarse a los 27.

De los 13 españoles metidos en el top-100 de hace una década, hasta 7 estaban entre los 25 y los 29 años

Si pegamos otro brinco de 10 años atrás para irnos al 2001, más equilibrio. De los 16 jugadores españoles que había en el top-100, 9 de ellos estaban entre los 25 y los 29 años: Albert Portas y Álex Calatrava (1973), Àlex Corretja y Félix Mantilla (1974), Albert Costa y Juan Balcells (1975) y Carlos Moyà, Galo Blanco y Jacobo Díaz (1976). El único de la década anterior, ‘Pato’ Clavet (1968). Entre los más jóvenes veinteañeros estaban Fernando Vicente (1977), Alberto Martín y David Sánchez (1978), Juan Carlos Ferrero y Albert Montañés (1980) y Tommy Robredo (1981).

Pese a todo, el tenis nacional no hace más que seguir la moda del envejecido top-100 mundial, en el que ya hace tiempo que la vejez de antes es la madurez de ahora. Hoy, 31 de los 100 mejores jugadores del mundo alcanzan la treintena o la superan, cuando en 2011 el número se reducía a 23 y, en 2001, a 11. No hay espacio para esa generación de noventeros entre los 25 y los 29 años, con sólo 34 jugadores en el top-100 en ese periodo de edad y más testimonial en el top-50, con 14. En 2011, esa franja de entre 25-29 años tenía hasta 49 jugadores entre los 100 mejores, y de hasta 28 en el top-50. 

Medvedev, el único que le ha ganado un Gran Slam a un miembro del 'Big Three'

Medvedev, el único que le ha ganado un Gran Slam a un miembro del 'Big Three'

@medwed33

Amordazados por el eterno mandato de Djokovic, Nadal y Federer, secundados por otros obstinados veteranos que hace tiempo que superaron la treintenta como Monfils (35) Fognini (34), Isner (36), Wawrinka (36) o Gasquet (35), los nacidos en los 90 no besaron el primer título de Grand Slam hasta el año pasado, cuando Dominic Thiem, ya con 27 años, ganó en la final del US Open a Alexander Zverev. Pero la completa liberación llegó el pasado mes de septiembre, cuando, por fin un noventero le birló un título de Grand Slam ba un miembro de ese inviolable ‘Big Three’. El honor recayó en Daniil Medvedev, que le arrebató a Djokovic además el ‘Grand Slam’ en la final del US Open.

El 1996 tiene su influencia en el tenis mundial ya que, a parte de Medvedev, otro tenista de ese año, Matteo Berrettini, está actualmente en el top-10 y además llegó a la última final de Wimbledon, donde cedió contra Djokovic, sin olvidar que Khachanov, hoy el 29 de la clasificación, también estuvo entre los 10 mejores. Sin embargo, la quinta nacida entre 1992 y 1995 es más irrelevante. En el caso de la generación del 92, del top-100 actual, sólo Schwartzman ha estado en el top-10 y, además del argentino, sólo Basilashvili y Cecchinato han pisado el top-20. Jack Sock, hoy el 145, también ha pasado por los 10 mejores. Entre los nacidos en el 93, el único representante en el top-10 ha sido Thiem, ahora lesionado y el 18º. El único de su año que le ha seguido y le sigue en el top-20 es Karatsev, el 19º en la actualidad. 

El 1997 es el año más representado en el top-100, a nivel del tenis mundial y español

El 1994 sale mal parado, ya que sólo Lucas Pouille, hoy el 152º, ha estado en el top-10 -y nada más que una semana-, y ninguno de sus representantes actuales en el top-100 ha pisado el top-40, siendo el bielorruso Ivashka el jugador actual con un ránking más alto, en la posición 48. Por su parte, el 1995 nunca ha tenido jugadores en el top-10, pese al talento del díscolo Nick Kyrgios, ahora en el puesto 93. Además del australiano, el otro jugador del top-100 actual que ha estado en el top-20 es Cameron Norrie, número 12 y gran esperanza del 95 para estar representado en el anhelado grupo de los 10 mejores dada la incertidumbre que siempre acompaña al también imprevisible Kyrgios.

El tenis nacional es también el reflejo de la tendencia que más se lleva, la de un 1997 que es el año con más tenistas españoles en el top-100 con tres y también el más representado entre los 100 mejores a nivel mundial con hasta 11 jugadores. Entre ellos, Pedro Martínez, ahora el 60º del mundo y Jaume Munar (77º). El 97 lo acapara todo, tanto, que también es ahora mismo el más numeroso en el top-10, consolidados Alexander Zverev (3º) y Andrey Rublev (6º) y recién aterrizado el polaco Hubert Hurkacz (9º). 

Pedro Martínez, el español de la prometedora generación del 97 mejor situado en el ránking. el 58

Pedro Martínez, el español de la prometedora generación del 97 mejor situado en el ránking. el 60

@martinezportero

Acechan el top-100 otros activos de la generosa generación del 97 española, Carlos Taberner, el 111º -ya ha estado entre los 100 primeros-, y Bernabé Zapata, en el puesto 124. El otro exponente de esa prolífica quinta es Álvaro López, rezagado en la posición 373 aunque condicionado por las lesiones. El tenis español se ciñe a la realidad del mundial, a la de un top-100 al que cada vez le salen más arrugas  pero al que cada vez la cuesta más jubilar miembros. Los felices años 20 ya no lo son tanto, y la Gran Depresión de los treinta ya no existe. 

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