A sus 32 años Grigor Dimitrov va en serio en el Masters 1000 ATP de Miami. Ex número uno mundial júnior, cuando era conocido como 'Baby Federer' por un estilo que incluye un majestuoso revés a una mano, sus cualidades han sido siempre innegables. Como también conocida su capacidad de dispersión.
Un talento poco aplicado y con problemas para manejar la presión de las expectativas generadas. Más un tenista de fogonazos repentinos que de recorridos largos.
En su palmarés, nueve títulos, con mención especial para las ATP Finals de 2017, la base para que ocupase el nº 3 mundial, su mejor clasificación. Fue durante mucho tiempo su última corona, hasta que abrió este 2024 con el triunfo en el ATP de Brisbane.
Semifinalista en todos los Grand Slams, con la excepción de Roland Garros, un adversario respetado, especialmente en un día de inspiración. Con la madurez de la experiencia, su buena actual temporada se ha ratificado en Miami.
No sólo cazó a Carlos Alcaraz en cuartos, con un recital de tenis para 6-2 y 6-4, sino que dio continuidad a ese éxito, lo que ya no solía ser tan habitual en su trayectoria. Rompió una racha de siete derrotas consecutivas ante el alemán Alexander Zverev, a quien eliminó en semifinales 6-4, 6-7 (4) y 6-4. Este domingo luchará por el título con el italiano Jannik Sinner.
De repente, Dimitrov de nuevo en la élite. Han tenido que pasar 260 semanas para que vuelve al top-10 del ranking mundial, que volverá a ocupar el próximo lunes 1 de abril. Había caído de este grupo en noviembre de 2018.
No cuentan las 22 semanas en que el ranking permaneció congelado por la pandemia de coronavirus. De haber sido incluidas, su regreso hubiera sido el más largo en el tiempo. El récord de vuelta al top-10 lo tiene el francés Gilles Simon, 308 semanas entre octubre de 2009 y septiembre de 2015. Tardó 264 Albert Costa, entre mayor de 1997 y junio de 2002.
Grigor Dimitrov ascenderá seguro del duodécimo al noveno puesto en el ranking mundial. Si es el campeón de Miami, ganará dos posiciones más, será séptimo.