Novak Djokovic, 37 años, es un héroe en su país, Serbia. Ha construido una leyenda significándose como el mejor tenista de la historia a base de romper barreras, batir récords que habían puesto muy caros sus dos compañeros del 'Big 3', el suizo Roger Federer y el español Rafa Nadal.
Es el deportista de los 24 títulos de Grand Slams, que tiene todo lo que cuaquier tenista podría haber soñado. Faltaba el oro más preciado en su palmarés, lo atrapó en los Juegos Olímpicos de París 2024.
No se ha puesto fecha de caducidad, pero sí va abriendo vías de futuro relacionas con el tenis, para cuando cuelgue la raqueta. Ha tomado definitivamente el control de este deporte en Serbia, un Djokovic ocupará la presidencia de la federación.
Una persona muy ligada a Novak, su tío paterno Goran Djokovic, que da el salto desde la vicepresidencia que ocupaba detrás de Mirko Petrovic, que nueve años después deja el cargo.
Elegido máximo dirigente, Goran tiene como principal reto el sueño de construir un poderoso centro nacional de entrenamientos. Novak tiene su club en Belgrado, administró un torneo ATP en la capital y también en Bosnia, aunque los derechos no eran suyos.
Al frente de las operaciones siempre ha estado su tío Goran, que fue responsable de los ATP de Belgrado y Sofía, en Bulgaria. En un comunicado difundido por TSS, señala que "mi objetivo es mejorar l que ya hemos comenzado. No tenemos locales, no tenemos un centro nacional de entrenamiento, y quiero que esto se resuelva".
Cumplir uno de los sueños de Novak, que ahora tiene definitivamente las riendas oficiales para actuar.