La reciente decisión del Gobierno de Colombia para avanzar en la adquisición de aviones de combate Saab Gripen, fabricados por la empresa sueca Saab, provocó que desde Estados Unidos iniciara con una reacción agresiva para poder obtener los derechos de venta de dichas aeronaves, pese a que actualmente, los aranceles de Donald Trump crearon muchas incertidumbres en la economía global.
De acuerdo con información de El Colombiano, las compañías Lockheed Martin, con base en el país norteamericano, y Dassault Aviation, procedente de Francia, se preparan para presentar nuevas contraofertas esta semana, en un intento por frenar la negociación que la Casa de Nariño comenzó con la empresa situada en Suecia.
La semana pasada, el presidente Gustavo Petro anunció la intención de reemplazar la antigua flota de cazas Kfir con aviones Saab Gripen, una decisión que no solo contempla la compra de aeronaves, sino también un paquete más amplio que incluye sistemas de armamento, desarrollo de software y cooperación en el ámbito aeroespacial.
Estados Unidos y Francia buscan interferir
Este plan busca modernizar las capacidades de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, al tiempo que impulsa la industria tecnológica nacional a través de convenios de desarrollo industrial. Esta decisión provocó la reacción de Estados Unidos y Francia, con el país europeo a la cabeza al presentar una oferta más ambiciosa.
Al respecto, el analista de seguridad y defensa Erich Saumeth detalló en el portal Infodefensa.com que la propuesta francesa contempla ventajas como un mayor plazo de financiamiento, compensaciones industriales enfocadas en inversión social, y la cesión temporal de aeronaves a la Fuerza Aeroespacial Colombiana mientras se construyen las definitivas.
El embajador de Francia en Colombia, Sylvain Itté, señaló en entrevista con El Colombiano que esta oferta va más allá de una simple venta: “Para Francia esta no es solo una compra de aviones, es una sociedad a largo plazo con Colombia”. Según Itté, la propuesta francesa implicaría cooperación tecnológica, capacitación especializada y la creación de una industria aeroespacial en el país.
Estados Unidos también busca entrar en la contienda
Por su parte, la empresa estadounidense Lockheed Martin, fabricante de los conocidos F-16, ya trabaja en una contraoferta que aún no se presenta de manera formal, pero que plantea incluir también componentes tecnológicos complementarios, más allá de los cazas en sí.
Sin embargo, las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos se volvieron complejas en los últimos años, especialmente durante los dos periodos de Donald Trump como presidente. Queda por ver si este proceso de negociación servirá para estrechar lazos o si, por el contrario, sumará nuevos puntos de tensión entre ambas naciones.
Estados Unidos también busca entrar en la contienda
Con estas tres potencias en disputa —Suecia, Francia y Estados Unidos—, Colombia se encuentra en el centro de una competencia geopolítica que podría definir no solo la modernización de su flota militar, sino también el rumbo de su cooperación internacional en materia de defensa, tecnología e industria.
La decisión final del Gobierno colombiano no solo tendrá impacto estratégico y financiero, sino que también podría reconfigurar el mapa de alianzas internacionales del país en el mediano y largo plazo.