La Copa América de 2019 no alcanza para maquillar la desazón del pueblo brasileño, que aún considera un sacrilegio haber ganado el último Mundial hace más de dos décadas. Posiblemente por esta razón se dio la particular escena del último jueves, cuando un aficionado le arrojó una bolsa de pochoclos a Neymar. Y en medio de la polémica apareció el hombre en cuestión para dar su veredicto.
La manera de jugar del "10" despierta elogios y cuestionamientos prácticamente con la misma frecuencia. Esa desfachatez lo llevó a explotar su talento desde que era un niño, pero en los malos momentos los futboleros confunden su forma de desempeñarse con "displicencia". Para colmo, su pobre actualidad a nivel clubes motiva a la sociedad de su país natal a mirarlo de reojo, especialmente cuando no aparecen los resultados.
Este jueves se disputó la tercera fecha de las Eliminatorias Sudamericanas y La Verdeamarelha protagonizó una de las grandes sorpresas de la jornada. En condición de local empató (1-1) ante Venezuela -posiblemente el seleccionado más débil de la conferencia- y generó un estallido por parte de la afición. Sin ir más lejos. quedó una imagen que quedará en la historia: antes de irse al vestuario, una persona le arrojó una bolsa de pochoclos.
Fue tanta la repercusión que tomó el episodio que el protagonista decidió aparecer en escena para contar qué pasó. El hombre se contactó con el portal brasileño "Leo Dias" para dar su versión de los hechos y pidió proteger su identidad por miedo a recibir represalias por haber agredido al capitán. Sorpresivamente, en su testimonio explicó que todo se trató de un error, ya que su objetivo no era lastimar al ex delantero PSG y Barcelona.
El descargo
“Al final del partido bajé las escaleras, donde estaba más cerca de los jugadores. Estaba comiendo palomitas, vino Neymar, grité, llamé y él ni siquiera miró en mi dirección. Le tiré las palomitas, pero no fue así. No tuve intención de decir que había jugando mal, realmente lo hice para llamar su atención”, explicó mediante un audio. “Parece que lo hice por despecho, pero no lo hice por despecho, lo hice para llamarle la atención”, insistió.
Para darle más sustento a su teoría que no fue una cuestión de agresión, confesó que es admirador de Ney, aunque reconoció que estaba molesto porque el futbolista no levantaba la mirada ante el griterío de los aficionados que querían saludarlo o tomarle fotografías: “Podía mirar a las gradas. Soy un fan suyo, admiro su fútbol, no era para hacerle daño, era simplemente llamar la atención para que mirara las gradas”.
Lo cierto es que su accionar generó un escándalo en Brasil. El propio futbolista Al-Hilal de Arabia Saudita se mostró muy molesto después del partido por lo sucedido: “Es triste, obviamente es muy triste, no vengo aquí de vacaciones ni mucho menos a pasear, vine a hacer lo que más amo que es jugar al fútbol y defender a mi país. Obviamente estamos ahí dando lo mejor y muchas veces el resultado no llega y no es lo que los fanáticos esperan”.
Y apuntó directamente contra el aficionado: “Condeno ese tipo de actitud, no hay que hacerlo, es muy malo para el fútbol, para el ser humano. Un tipo que hace este tipo de cosas no es un tipo educado, no podrá educar a su hijo de la mejor manera posible. Si se queja tanto debería haber entrenado mejor y estar en el campo”.
Con el empate 1-1 ante Venezuela, Brasil dejó atrás su perfecto andar y perdió la cima de las Eliminatorias Sudamericanas a manos de Argentina, el campeón del mundo, que se impuso en sus tres presentaciones (Ecuador, Bolivia y Paraguay). La Verdeamarela había comenzado su camino con una goleada por 5 a 1 ante Bolivia y un triunfo agónico contra Perú en Lima. Su próximo desafío será este martes 17 ante Uruguay en el mítico Estadio Centenario de Montevideo.