La tumba de Tutankamón, descubierta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter, sigue siendo uno de los hallazgos más importantes en la historia de la egiptología. Ubicada en el Valle de los Reyes, esta tumba intacta reveló una impresionante cantidad de artefactos y tesoros, proporcionando valiosa información sobre la vida, el reinado y la misteriosa muerte de este faraón egipcio.
Un hallazgo que se sigue explorando desde entonces por muchos arqueólogos, cuyas investigaciones siguen revelando secretos de la tumba. El último de ellos puede replantear por completo su significado.
El secreto revelado en la tumba de Tutankamón
Los últimos trabajos de campo realizados en la zona han revelado que los egipcios emplearon un ritual para devolverle la vida al joven faraón. Un trabajo que recoge el Dr Brown en su tesis 'The Journal of Egyptian Archaeology" y que define este ritual como "El Despertar de Osiris".
Lo que demuestra esta investigación es que se encontraron cuatro bastones de madera en la tumba de Tutankamón y que no eran simples adornos ceremoniales. Su forma y material remiten al jeroglífico "res", asociado al despertar de los muertos. Los bastones se encontraban a la altura de la cabeza del faraón, como si imitasen la escena en la que Horus ordena a su padre volver del reino de los muertos.

El juicio de Osiris
Aun así, no todos los expertos están de acuerdo con la interpretación de los objetos. Algunos sugieren que podría corresponder a otro tipo de ritual, como el de los cuatro portadores de antorchas del Libro de los Muertos. En él, se representa que cada figura guiaba al faraón por un punto cardinal distinto hasta su encuentro con Osiris en la sala del juicio final.
Este descubrimiento, que pasó desapercibido por muchos círculos académicos, ofrece una nueva lectura de la tumba de Tutankamón. Hasta ahora, había sido concebida como un almacén de tesoros, pero con este hallazgo, también se convierte en un espacio ritual diseñado para representar la resurrección divina.