Hacía tiempo que no se veía tan fino y resuelto a un Zion Williamson que cabalga firme y potente hacia los playoffs de la NBA junto a sus New Orleans Pelicans. Después de un mar de polémicas y lesiones, por fin su temporada está siendo tranquila fuera de las pistas y contundente dentro de las mismas. Con 28 puntos y un mate furioso y visceral, la que fuera gran promesa de la liga estadounidense recordó a todo el mundo que todavía tiene mucho que dar al baloncesto.
Zion comandó la victoria de los Pelicans sobre los Nets por 91-104, pero en la retina de todos los presentes en el Barclays Center de Brooklyn quedó fijada la imagen de su brutal alley-oop a pase de Naji Marshall. Una auténtica barbaridad.
Williamson añadió 7 rebotes, 4 asistencias y un robo a su recital, con un 11 de 16 en tiros de campo. Su juego centrado, más altruista que nunca, ha destapado la mejor de los Pelicans que se recuerda, y el respeto de las lesiones han hecho el resto ahora que la temporada se acerca a su momento cumbre.
New Orleans ha ganado, sin levantar mucho polvo, siete de sus últimos ocho compromisos, una racha que les sitúa a la altura de la cuarta plaza que ocupan Los Angeles Clippers y les permite escapar de las garras del play-in, la fase previa a los playoffs que todos quieren evitar.
Zion ha bajado sus números individuales esta temporada en beneficio del grupo. Sus promedios se asemejan a los de su estreno en la competición, con 22,6 puntos, 5,8 rebotes y 5,1 asistencias, este último dato su tope en la competición. Lanza menos y toca menos el balón, sin perder eficiencia y sin rasgarse las vestiduras al compartir protagonismo con Brandon Ingram y CJ McCollum.
Poco se ha hablado de ellos, pero los Pelicans no hacen ruido y puede dar un susto a más de uno cuando lleguen los playoffs. Y más con esta versión resuelta y centrada de Zion Williamson.