Antonio Orozco ha vivido una de las etapas más difíciles de su vida en los últimos años. Durante su reciente viaje a Nepal con Jesús Calleja, el cantante no solo se enfrentó a retos extremos como escalar montañas y lanzarse por una impresionante tirolina, sino que también se abrió emocionalmente sobre las experiencias que han marcado su vida.
En una conversación con Calleja, Orozco recordó momentos que lo cambiaron para siempre. "Pues casi todo relevante, cosas que cambiaron mi vida para siempre", reconoció. Entre esos sucesos, uno de los más dolorosos fue la pérdida de Susana, la madre de su hijo, en 2017. "Fue una p*** mierda, lo peor que puede pasarle a un ser humano", expresó.
Antonio Orozco, en 'Universo Calleja'
Ese mismo año, sufrió más golpes inesperados. "Inmediatamente después, dos de mis mejores amigos. Además, de la forma más inesperada. 2017 fue el peor año que pueda un ser humano sufrir", confesó. Estas pérdidas lo sumieron en una crisis emocional que, con el tiempo, comenzó a manifestarse también en su salud física.
Hace unos años, durante una grabación, notó que su voz empezaba a fallar. "Me quedaba afónico hablando y empecé a preocuparme. Fui al médico y descubrieron que en una cuerda vocal tenía un pólipo. Engordé muchísimo, perdí mucho el control de todo lo que estaba pasando a mí alrededor. Y era puramente psicológico", explicó. Aunque tenía éxito profesional, sentía que algo no estaba bien.
Antonio Orozco, en 'Universo Calleja'
Esa pausa obligatoria le hizo replantearse muchas cosas. En lugar de seguir intentando salir adelante solo, decidió buscar ayuda. "En vez de inventarme las soluciones, empecé a preguntar a los que saben. Empecé a ir al psicólogo, empecé a ir a un dietista, a un médico generalista, tuve un entrenador… Me rodeé de profesionales y empecé un nuevo proyecto. Estoy mejor que nunca. Estoy más feliz que nunca", sentenció el artista.