Ayer tuvo lugar en Lezama una doble despedida. La primera de ellas, desde el punto de vista cronológico, transcurrió de puertas adentro de las instalaciones del Athletic. La segunda tuvo carácter abierto, puesto que tuvo lugar ante la prensa. Dani García comunicó su agur en privado a sus compañeros y demás componentes del equipo. Gurpegi lo hizo ante cámaras y micrófonos.
Gran casualidad que en el mismo día viniesen a coincidir ambos profesionales en la hora de su agur al club bilbaíno. El centrocampista de Zumarraga no seguirá la temporada próxima como león. El técnico de Andosilla tampoco guiará al Bilbao Athletic en su nueva andadura por la Primera RFEF.
Un matiz diferenciador claro entre ambos casos. Con Dani García se desconoce si la decisión de dar por terminada esta etapa en el club rojiblanco ha partido de él o, por el contrario, si ha sido la entidad de Ibaigane la que no ha querido ampliar su contrato. Lo lógico, visto lo visto tanto con Muniain como con Raúl García, hubiese sido que el bravo centrocampista se hubiese podido despedir de la afición de San Mamés al término del encuentro frente al Sevilla. A lo mejor, cierto es, aquel día no había una decisión en firme de futuro por ambas o alguna de las partes.
Resultó emotivo, por otra parte, el agur de Gurpegi con todos sus jugadores presentes en la sala. La buena armonía reinante a lo largo de esta temporada en el vestuario del filial flotaba sobre el ambiente. El navarro, puro nervio, se toma un respiro para disfrutar de la familia.