Previamente al partido ante los suecos del Elfsborg leíamos un comunicado aludiendo al descontento de parte de los ocupantes de la Grada de Animación respecto a cuestiones que creemos atañen más a la justicia ordinaria que al club. Parece que ciertos litigios les han ocasionado sanciones, algunas económicas. Fruto de tanta persecución, estiman, se vieron obligados a tomar la dolorosa decisión de “no animar durante los 30 primeros minutos del partido”.
Nadie es depositario legítimo y exclusivo de las esencias del espíritu animoso del athleticzale medio. Error. Que nadie estime que sin ellos nuestros leones estarán desamparados. Todos importantes, nadie imprescindible.
Entre más de 46.000 espectadores, el 95% (el resto eran suecos), incluida la mayoría de ocupantes de la propia Grada de Animación, animaron desde el principio. Alguno se pasa de frenada con estas iniciativas ignorando que este club lleva más de 125 años saliendo adelante por el apoyo y ánimo de todos. Nadie es más que nadie. Ni menos.
Quien no quiera ir o animar, decisión suya es. El resto sí lo haremos. Y sin generar sanciones económicas. Por cierto, les agradeceríamos contundentes comunicados denunciando a quienes con sus cánticos ocasionan cuantiosas multas al Athletic. Ésas sí que, de momento y a falta de medidas duras desde el propio Club, las pagamos todos. Ojalá ese dinero les doliese tanto como el otro. Por comentarlo.
Alguien poco presentable como Laporta ha marcado un camino lógico: QUIEN OCASIONE LAS MULTAS, QUE LAS PAGUE. Si no, que no vuelva.