Desde su declaración como país independiente en 1993, Eslovaquia no es un país que se caracterice por destacar en el mapa futbolístico. De hecho, sus participaciones en mundiales y eurocopas desde entonces es muy reducida y la de este verano será solo su tercera presencia en el torneo continental.
Además será la primera sin la que, hasta ahora, había sido su gran estrella: Marek Hamsik. El centrocampista cuya carrera se desarrolló principalmente en el Nápoles, fue durante un tiempo uno de los futbolistas más conocidos para el gran público del fútbol europeo por su calidad pero también por su excéntrico look de cabeza rapada coronada por una cresta.
Con Eslovaquia jugó hasta el año pasado cuando ya hacía tiempo que había abandonado el primer nivel. De hecho, su último partido como profesional fue un Liechestein-Eslovaquia que su país ganó 0-1 y, en parte, sirvió para conseguir más tarde el billete para esta Eurocopa.
Puso fin así a una carrera en la que jugó un total de 710 partidos (111 de ellos con Eslovaquia a la que lideró en un Mundial y dos Eurocopas) y ganó dos Copas de Italia, una Supercopa de Italia y dos Supercopas de Turquía con el Trabzonspor, equipo al que llegó después de su aventura china en el Dalian Pro, y su pasó por el Goteborg sueco.
Antes, se formó en el Slovan Bratislava de donde pasó al Brescia y, de allí, dio el saltó en 2007 al Nápoles donde llegó a ser el máximo goleador histórico del club hasta que le arrebató el puesto Dries Mertens.
Así pues, será extraño ver jugar a Eslovaquia y no ver a Marek Hamsik en el centro del campo pero la selección centroeuropeo cuenta con otros pilares importantes como Skriniar o Lobotka