Ilkay Gündogan es un viejo anhelo del FC Barcelona. La llegada al club azulgrana del centrocampista alemán de origen turco es una realidad casi una década después de que se movieran por primera vez los hilos para vestirlo de azulgrana. A punto de cumplir 33 años en octubre, esta vez incluso se ve como un refuerzo más necesario para subir el listón de la calidad en el equipo culé que cuando se preguntó en serio por primera vez por él, allá por 2015. La razón es simple. Por un lado, la primera tentativa por Gündogan coincidió en el tiempo con un centro del campo para la historia, no ya del Barça sino del fútbol, con Andrés Iniesta, Sergio Busquets e Ivan Rakitic. Por otro lado, el técnico Xavi Hernández tiene como objetivo mejorar el juego interior para abastecer de mejores pases a Robert Lewandowski. El goleador polaco ha cerrado su primera temporada como culé con el Pichichi (33 goles oficiales) pero con la sensación de que las asistencias casi siempre eran laterales.
En 2015, Gündogan estuvo tan cerca del Barça que incluso se sometió a una revisión médica. El Barça del segundo triplete despedía con honores al gran metrónomo Xavi Hernández y el jugador del Borussia Dortmund parecía el ideal para relevar al entrenador que ahora le quiere. Finalmente, fue Arda Turan quien llegó al Camp Nou, en un verano también difícil para acudir al mercado por la sanción de la FIFA por el llamado 'caso Masia'. Arda Turan y Aleix Vidal, los fichajes de aquel verano, estuvieron medio año sin debutar como culés.
El Barça le realizó un exhaustivo examen médico a Gündogan, dado que meses antes sufrió una lesión en la espalda que le dejó sin participar del título Mundial de Alemania en 2014 y, lo que es peor, le hizo temer incluso por su carrera. En 2021, Gündogan lo recordó así en una entrevista para The Guardian. "Eso fue lo peor. Estuve fuera 14 meses, pero la peor parte fue que nadie sabía realmente qué tipo de lesión era. Vi a un cirujano y quería ponerme un gran tornillo en la espalda que no me permitiría jugar al fútbol a este nivel. Así que tenía miedo de no volver a jugar y estoy muy agradecido de haber encontrado al cirujano adecuado", relató.
Como todos los ojeadores futbolísticos, el Barça también se fijó en aquel rutilante Borussia Dortmund que con Gündogan, Robert Lewandowski y Marco Reus, entre otros talentos, fue subcampeón de la Champions League en 2013 y ganó la Bundesliga al todopoderoso Bayern. La sociedad Gündogan-Lewandowski-Reus, más la aportación de Mario Gotze la sufrieron entre otros el Real Madrid, que se llevó cuatro goles de Lewandowski en la noche que convirtió en estrella mundial al actual delantero del Barça.

Pep Guardiola abraza a Ilkay Gündogan tras ganar la final de la FA Cup 2022-23 ante el Manchester United con dos goles suyos
La renuncia del Barça la aprovechó apenas un año después, en 2016, el Manchester City. Gündogan abandonó Dortmund en una venta de 25 millones de euros para convertirse en el primer fichaje de Pep Guardiola como entrenador del City. El técnico que siete años después convirtió en capitán a Gündogan de la primera Copa de Europa del City sabía muy bien cuanto fútbol y cuánta personalidad podía aportar aquel medio que había padecido tantas veces siendo entrenador del Bayern.
Si en Dortmund Jürgen Klopp le mostró el camino de la vibración a aquel centrocampista llegado desde Nuremberg en 2011, en Manchester Guardiola le enseñó a Gündogan a sentir el fútbol casi como una ciencia. Capaz de jugar de pivote, interior o mediapunta en función de las circunstancias, el germano llega al Barça seguramente en el momento más brillante de su carrera. Esta temporada, la del histórico triplete del City, Gündogan ha aportado once goles, siete asistencias y mucho saber estar jugándolo casi todo: 3.856 minutos, nada menos. En toda su carrera ha firmado 83 goles y 61 asistencias.