Vitor Roque puso en pie al Estadi Olímpic con el gol que salvó al Barça de Xavi Hernández ante Osasuna. Llevaba semanas esperando ese momento desde su debut en Las Palmas el 4 de enero. Sin ansiedad pero con ganas de sacarse un peso de encima. Así lo verbalizó el propio técnico azulgrana tras el triunfo contra los rojillos alabando la humildad y ganas de mejorar del delantero brasileño. Como ya le pasó a Marc Guiu con 17 años con su tanto providencial ante el Athletic en octubre, Vitor Roque alucinó a los 18 años con el estallido de la grada en Montjuïc. Allí donde Ronaldo, con quien le vio similitudes Alexandre Mattos, ex director deportivo del Club Athletico Paranaense, ya maravilló en su primera gran noche barcelonista ante el Atlético de Madrid una calurosa noche de agosto en la ida de la Supercopa española de 1996.
Vitor Roque entró en el campo en el 61’36’’ y tardó sólo un minuto y 13 segundos en ver portería. Fue en el 62’49’’ y después de una jugada muy elaborada que duró 43 segundos y en el que intervinieron los 10 jugadores de campo a excepción de Iñaki Peña. La jugada nació de un saque de banda de Cancelo, con pase a De Jong. Cubarsí, Araujo, Cubarsí, De Jong, Pedri, Koundé, Pedri, Vitor Roque, Lewandowski y Gündogan hasta que un jugador de Osasuna rechazó el balón. Llegó a los pies de Lamine, que pasó a De Jong, este a Cancelo y asistencia con el exterior del pie para que el ‘Tigrinho’ rematase de cabeza. En 31 minutos, intervino 18 veces, recuperó un balón, provocó dos jugadas claras de peligro y cometió un fuera de juego. Demostró todas sus virtudes. Propuso jugadas de gol, encaró en un 1 contra 1, fue explosivo, eléctrico, rápido y ejecutó buenas coberturas.
Máxima confianza para un chaval que ha entrado muy bien en el vestuario y apunta a su primera titularidad mañana (18.30 h.) ante el Alavés ante la plaga de lesiones con Joao Félix y Ferran Torres como últimas víctimas en la delantera. Lleva seis apariciones desde el banquillo y 124 minutos jugados en total.
Roque ya está adaptado a Barcelona y hace dos semanas se instaló en la zona alta de la ciudad con sus padres, su hermana y su esposa. En la Ciutat Esportiva recibe clases de castellano pese a los parecidos con el portugués, que le hizo conectar desde el principio con su compatriota Raphinha, Joao Cancelo, Joao Félix e incluso Ronald Araujo. El defensa lo habla perfectamente ya que su pueblo en Uruguay (Rivera) está al lado de Santana do Livramento en plena frontera con Brasil. El tercer capitán fue de los primeros antes de fichar para animarle a fichar por el Barça y Raphinha también corrió a felicitarle.
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Otros veteranos como el primer capitán, Sergi Roberto, y Robert Lewandowski también se han implicado para que se sienta como en casa y lógicamente el resto de jóvenes, por un tema de edad, han conectado con Vitor. Aseguran en el vestuario que es una esponja, que escucha todos los consejos de Xavi para explotar su juego donde haga falta. Incluso sin partir desde el eje del área como hizo el miércoles para marcar con un instinto goleador innato. Liberado con su bautismo realizador y en una nube ayer por mañana, desde dentro no dudan de que el gol será el primero de muchos. Va a por más.