El Barça sigue dejando buenas sensaciones en la Euroliga. Anoche, un contundente 86-71 ante un Mónaco con aspiraciones y que la pasada campaña ya ganó en el Palau. En esta ocasión, la victoria deja dos triunfadores. Kevin Punter, que hizo su primera gran actuación con la camiseta del Barça, y Joan Peñarroya, un entrenador que empieza a mostrar que está construyendo un equipo importante. Y eso que, de entrada, sorprendió con un quinteto inicial con Vesely y Willy juntos, y con Parker jugando de tres. Parecía raro, pero salió bien. En poco tiempo, el nuevo entrenador está consiguiendo cuatro cosas importantes: que todos los jugadores se sientan útiles –menos Fall– por un coherente reparto de minutos, que la idea de correr y pasarse mucho el balón empiece a fluir, que el equipo empiece a defender como dios manda, y que las pájaras y las faltas de concentración sean cada vez menores. La garra defensiva que aportan Anderson y Metu le han dado algo a este equipo algo que no tenía.

Kevin Punter cuajó una gran actuación ante AS Mónaco.
El otro gran ganador del triunfo ante el Mónaco fue Kevin Punter. Después de ver que un escolta como Brizuela era el MVP ante Alba Berlín, o que otro escolta como Laprovittola era el mejor en Tenerife, el gran fichaje de la temporada necesitaba reivindicarse. Y Punter lo hizo como lo hacen los del Bronx, revelándose al rival más importante. Dejó atrás su discreta media de 8 puntos por partido con el Barça y metió 21, con una racha de tres canastas consecutivas en el primer cuarto que rompió el partido. Bravo. Uno más para la causa. La única nota negativa: en el último cuarto, los árbitros estuvieron más tiempo mirando repeticiones que con el balón en juego. Una forma indecente de matar el espectáculo.