Sam Kerr es bienvenida de nuevo a la selección australiana y cuenta con el apoyo de sus compañeras para retomar la capitanía cuando esté en condiciones de jugar. La delantera del Chelsea fue declarada inocente de los cargos de abuso racial contra un policía británico en febrero, dos años después de llamarlo "estúpido y blanco" tras una discusión en estado de ebriedad con un taxista.
Si bien la Federación Australiana de Fútbol anunció ayer lunes que no tomará medidas contra Kerr, algunos comentaristas y aficionados al fútbol han cuestionado si debería seguir al frente de las Matildas.
La vicecapitana australiana, Van Egmond, insistió en que no hubo debate entre las jugadoras. "Definitivamente, no debería abandonar", declaró la jugadora de 31 años a los medios australianos en Sídney el martes. "La federación ha dicho lo que tenía que decir y, obviamente, Sammy también ha expresado su punto de vista. Como compañeras y como equipo, la apoyamos plenamente".
Kerr no ha jugado en más de 15 meses mientras continúa su recuperación de una lesión de ligamento cruzado anterior que sufrió durante un entrenamiento con su club londinense, el Chelsea. La delantera, de 31 años, no ha hecho comentarios públicos sobre el tema de la capitanía y la selección australiana la ha protegido de sus compromisos con los medios desde que se unió a la concentración de las Matildas en Sídney antes de los dos amistosos contra Corea del Sur.
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La goleadora más prolífica de Australia ha sido descartada para estos partidos, pero continuará su recuperación con el equipo según lo acordado con el Chelsea. Van Egmond dijo que era "increíble" tener a Kerr de vuelta en la concentración. "No solo por ella, sino por el equipo. Ha sido realmente agradable tenerla con nosotros y seguiremos apoyándola en todo lo que necesite antes de que vuelva a la cancha".