Cuando se pasea estos días por las calles de Manchester se detectan renovados estímulos en la rivalidad de los seguidores del United y el City. Las dos partes enfrentadas de la ciudad, la roja y la azul celeste, revivieron el sábado pasado en Wembley su enconada enemistad, en la apertura de la temporada del fútbol inglés, con ocasión de la Community Shield, que se llevaron los ‘citizens’ de Pep Guardiola en la tanda de penaltis. Aun así, una sensación de orgullo y optimismo late, de nuevo, entre los seguidores rojos de los ‘red devils’.
Las decisiones de Jim Ratcliffe, el nuevo accionista y timón deportivo del club, gustan mayoritariamente y también la progresiva ‘neerlandización’ que se detecta en las últimas decisiones para reforzar el equipo. Esta noche comienza en Old Trafford la temporada para un Manchester United crecido y renovado en expectativas, de nuevo bajo el mando del otrora cuestionado Erik Ten Hag.
Se enfrenta al Fulham ante su afición, en un primer partido en el que se espera puedan jugar ya los dos últimos fichajes, el central De Ligt y el lateral Mazraoui, llegados del Bayern de Múnich. Ambos jugaron con el entrenador Ten Hag cuando estaba a cargo del Ajax que llegó a las semifinales de la Champions League y ya se entrenan en Carrington junto a una plantilla que tiene a otro silencioso protagonista en la sombra: Ruud Van Nistelrooy.
Van Nistelrooy, en la sombra
El exgoleador del United será, al lado de otro neerlandés, René Hake, uno de los dos nuevos asistentes técnicos, y quiere aportar su experiencia para influir en el nuevo estilo del United. ‘Sello oranje’ para buscar un salto cualitativo del club con más seguidores de Inglaterra. Un mito como Van Nistelrooy, estrella del pasado reciente, ha llegado para ejercer de técnico interino en Carrington, decisión de doble lectura, porque llega para impulsar el proyecto, pero también perfilándose como posible solución o relevo de Ten Hag, si el ambiente en Old Trafford se enturbiara y los resultados se tuercen.
El título de la Cup, en el último partido de la temporada pasada, justo frente a su gran rival, el Manchester City, ha acabado siendo el salvavidas del exentrenador del Ajax, a quien Jim Ratcliffe quiere dar otra oportunidad. La continuidad ha sido una decisión defendible ante quienes cuestionan la decisión: no había sustitutos que sembraran unanimidad clara, y hubo un tácito reconocimiento a la negra racha de lesiones sufrida a lo largo del último año.
Tampoco este año el United se libra de empezar con percances en la plantilla. Una lesión en el pie ha descartado al central recién llegado del Lille, Leny Yoro, durante tres meses, y tampoco el goleador Hojlund estará a punto para afrontar los primeros partidos del curso. A cambio, Ten Hag espera que otro neerlandés, el recién fichado Zirkzee, sea el revulsivo que necesita su delantera para aprovechar las incursiones por las bandas de Garnacho, Rashford, Sancho, Diallo y Antony.
La pretemporada del Manchester United, una parte realizada en el sur de California, ha sido aleccionadora en muchos sentidos. Se ha podido ver cómo Van Nistelrooy, autor de 150 goles en 219 partidos con el United, llevaba a cabo sesiones rápidas de ataque y defensa de menos de dos minutos cada una en un campo de dimensiones reducidas y estrechas, para mejorar el toque y la velocidad. Sentados en las gradas observando al neerlandés estaban Dan Ashworth, director deportivo del United, su director técnico, Jason Wilcox, y Dave Brailsford, que es el supervisor ejecutivo del patrón del club y propietario de Ineos, Jim Ratcliffe. La foto ha sido muy explícita del trabajo en gran equipo y mancomunado con el que el United encara el ilusionante proyecto.
El reto del nuevo estadio
Uno de los asuntos más urgentes que concierne al nuevo equipo directivo es resolver las dudas sobre el nuevo Old Trafford. Jim Ratcliffe está a favor de un nuevo estadio con capacidad para 100.000 espectadores, y quiere tomar la decisión antes de diciembre. La nueva construcción costaría más de 2.000 millones de libras, tardaría unos seis años y se construiría junto a los terrenos del viejo estadio.
Debe convencer a los sectores más nostálgicos de la afición. El viaje a California de la cúpula directiva ha servido para visitar varios de los estadios americanos que pueden ser referencia y modelo, como el SoFi Stadium en Inglewood, en el condado de Los Ángeles, donde el United jugó contra el Arsenal.
Tiene una capacidad para 70.240 personas que puede llegar a 100.240 y reúne un gran complejo de ocio, similar al que el club quiere edificar. El nuevo proyecto del United no quiere dejar nada al azar mientras se evalúa la mejor manera de utilizar la huella sentimental de Old Trafford. En el estreno oficial de la Premier, esta noche, la afición de los ‘red devils’ tomará el pulso de esta nueva etapa de marcada apuesta neerlandesa