Anoeta estuvo a la altura del importante choque europeo y las cerca de 32.786 personas que habían en la parroquia disfrutaron de una noche mágica, que culminó con una victoria del equipo local. Y a pesar de los incidentes previos entre los ultras y la Ertzaintza, el encuentro transcurrió sin problemas en las gradas.
Una grada reivindicativa
Antes del partido, Bultzada desplegó un tifo con con la fecha de nacimiento del club txuri urdin (1909) y como es habitual, la grada de animación fue la que le dio sonido y color al partido. También se pudieron escuchar cánticos a favor de Palestina, debido a que los ultras del Ajax defienden al estado de Israel. La grada visitante, vallada por motivos de seguridad, también animó a su equipo.
Sustos y goles
Debido a las reiteradas ocasiones del conjunto holandés, Anoeta estuvo un poco apagada en la primera parte y enmudeció por completo en el momento en el que vio a Aritz Elustondo tendido en el terreno de juego por una lesión de tobillo. Finalmente, el de Beasain se retiró en camilla y Anoeta lo despidió con una sonora ovación.
En la segunda parte llegaron los goles y el éxtasis txuri urdin. El estadio donostiarra se conectó en los segundos 45 minutos y explotó con los goles de Ander Barrenetxea y Take Kubo. Como es habitual, los aficionados lo celebraron abrazados al de al lado y saltando de espaldas al campo. Los últimos minutos fueron mucho más tranquilos, con la satisfacción de que el trabajo se había cumplido. Y los realzales por fin pudieron disfrutar su primera victoria casera en esta edición de la Europa League.