La vida de Mario Hermoso y Mats Hummels en la Roma está teniendo varios paralelismos. Ambos llegaron como agentes libres cuando el mercado de fichajes ya se había cerrado, con la temporada empezada y con vitola de cracks.
Sin embargo, los dos empezaron de suplentes y sin apenas minutos. Poco a poco Hermoso fue entrenando en los planes de De Rossi primero y de Juric después, pero sin consolidarse. Hummels ni eso, inédito hasta hoy.
Pues bien, en la goleada que recibieron ante la Fiorentina vivieron una pesadilla. El ex del Atlético de Madrid, que le iría de perlas ahora mismo al equipo de Simeone, igual que a él le iría bien no haberse ido, fue expulsado. Ya con 4-1 en el tanteo vio la segunda amarilla y la consecuente roja por un agarrón a Dodo que ya le había superado por la derecha. No estuvo a su nivel ni de lejos. Fue un juguete en manos de los adversarios. Se notó que todavía no ha cogido ritmo por la falta de continuidad.
Su expulsión supuso la entrada en el campo de Hummels en el 67', que prácticamente en la primera pelota que tocó se marcó gol en propia. Muchas semanas esperando su debut para que pase esto. A veces el fútbol es excesivamente cruel. Fue en un saque de esquina rematado por un atacante y que en su intento de desvío con la cabeza introdujo la pelota en su propia portería. No es el debut soñado y tampoco el que merecía un jugador como él.