La situación deportiva de la Roma es un drama. Después de once jornadas tiene 13 puntos, está en decimoprimera posición y está más cerca del descenso que de posiciones europeas.
Todo tras un verano en el que llegaron a la plantilla jugadores del nivel de Mario Hermoso (29), Mats Hummels (35), Matias Soulé o Artem Dobvyk entre otros. Casi 50 millones de inversión neta entre todos los movimientos que se hicieron.
Con Hermoso y Hummels se esperaba dar buena salida de balón desde atrás, experiencia y juego aéreo. Llegaron gratis y aunque su ficha sea elevada parecían aciertos de la directiva. Sin embargo, ni con Daniele De Rossi primero ni con Ivan Juric después están teniendo el rol esperado. En Serie A el ex del Atlético de Madrid, ha jugado 152 minutos, por los 24 del alemán. Ambos condenados al banquillo, no han podido demostrar todavía su calidad. Y entre los aficionados ya corre el pensamiento de que tal vez reforzarse con dos jugadores que llevaban meses sin jugar, que no habían hecho pretemporada y no conocían la liga no era tan buena idea. Ya están en el foco. Aunque el equipo atrás sea un flan tal vez con Ndicka y Mancini no hacían falta esos refuerzos y sí otros de jugadores capaces de regatear y crear desequilibrio a partir de tres cuartos.
Todavía mucho más dolorosa es la situación de Artem Dovbyk, el ex del Girona. El ucraniano de 27 años dejó tirado al Atlético de Madrid a última hora para irse a la capital de Italia. Según su agente era un ''proyecto más serio''. En apenas tres meses el fútbol les ha quitado la razón. El proyecto empezó con De Rossi, ahora sigue con Juric y se tambalea por todas partes. En individual también está lejos de los 24 goles y 8 asistencias que dio en España en 36 partidos.
Con la camiseta de la loba en 13 partidos ha marcado 6 goles. Los números en frío no están tan mal, pero las sensaciones sí son malas. No consigue conectar con el resto de compañeros. No encuentra socios para crear relaciones futbolísticas como las que tenía en Montilivi con Yan Couto, Savinho, Miguel Gutiérrez o Tsygankov. Es una isla en el área que de vez en cuando le cae algún balón para rematar. Un animal del área como él no está bien alimentado.
Costó más de 30 millones, pero los tifosis cada vez tienen más claro que o está bien rodeado o su fichaje será lo mismo que hasta ahora, un ejercicio de paciencia que a veces parece que sí, pero que acaba siendo que no. Paulo Dybala podría ser su gran aliado, pero el argentino ha empezado la temporada más desconectado de lo habitual. El ambiente en Roma ya es tenso, las críticas a los Friedkin van en aumento y la sombra de otro cambio de técnico tras la destitución de De Rossi hace semanas cada vez coge más fuerza.