Swiatek-Sabalenka-Rybakina: ¿una WTA a tres bandas?

REPORTAJE MD

La final de Madrid de este sábado demostró que, pese a que la jugadora polaca sigue manteniendo un nivel superlativo, la bielorrusa ha subido notablemente sus prestaciones en un espectacular 2023, cimentada en su crecimiento con el segundo saque

Rybakina, otra mujer de grandes escenarios para unirse a la pelea, sin descartar a otras jugadoras como Jabeur, Pegula o Garcia

Aryna Sabalenka y Elena Rybakina, dispuestas a desafiar el reinado de Iga Swiatek

Aryna Sabalenka y Elena Rybakina, dispuestas a desafiar el reinado de Iga Swiatek

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El 2022 de Iga Swiatek fue tan espectacular que seguramente hace perder la perspectiva sobre su inicio de 2023. En él acumula un título (Stuttgart, un 500), dos finales (Dubái y Madrid, dos 1000), unas semifinales (Indian Wells, más allá de las de la United Cup a nivel de equipos) y unos octavos de final (Open de Australia), resultados de enorme nivel que, sin embargo, parecen quedar en segundo plano ante el sobresaliente inicio que firmó en 2022, cuando tras caer en semifinales del Open de Australia ganó consecutivamente el resto de 'big tournaments' que jugó a inicios de año: Doha, Indian Wells, Miami, Roma y Roland Garros.

Swiatek sigue siendo número 1 del mundo, aunque hay dos factores que, más allá de una posible amenaza o no a ese reinado, parecen demostrar que la WTA ha encontrado al fin las rivalidades que lleva muchos meses buscando: Aryna Sabalenka y Elena Rybakina. La sobresaliente final de Madrid entre la bielorrusa y la polaca (ambas, de hecho, ya se midieron hace unos días en la final de Stuttgart, entonces con triunfo de Swiatek), con un tenis de gran nivel, continuas alternativas y máxima emoción, parecen demostrar que Sabalenka ha confirmado que su Open de Australia para la historia puede ser acompañado de lo que tanto se añora en la WTA, Swiatek aparte: regularidad.

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Porque los datos dicen que, si a estas alturas Swiatek llevaba en 2022 tres de los cinco 'big tournaments' en juego, con el añadido de que no jugó Madrid, en esta temporada no ha podido ganar ninguno, a pesar de haber estado en la pelea en todos. Desde su victoria en el US Open 2022, Iga ha jugado cinco torneos entre Grand Slam, WTA Finals y WTA 1000: en dos fue derrotada por Sabalenka (semifinales de las WTA Finals 2022 y final de Madrid 2023) y en otros dos por Rybakina (octavos de final de Australia 2023 y semifinales de Indian Wells 2023). Es decir, la polaca sigue haciendo gala de su regularidad milimétrica, pero parece haber al fin rivalidades en la WTA a corto y largo plazo.

Algo que se añoraba desde hace tiempo. Tras años de continuos cambios de número 1 del mundo, solo el dominio férreo de Ashleigh Barty entre 2020 y 2022 cambió el panorama. La australiana se retiró por sorpresa el pasado año y, quizá cuando la WTA se preparaba para más años de constantes cambios de rumbo, el dominio casi intocable de Swiatek dio lugar a un nuevo paradigma. Ahora, tras un año de reinado de la polaca, parece que el circuito ha encontrado al fin rivalidades para hacerse más atractivo.

En gran parte, porque Sabalenka, esta especialmente, y Rybakina parecen haber dado un paso al frente en uno de los grandes rasgos distintivos de Swiatek: mantener el nivel cada semana. La polaca, con un ya muy curtido palmarés (pese a que tiene tan solo 21 años, puesto que cumple 22 a finales de mes), puede encontrarse a corto y medio plazo de forma regular a dos rivales con las que se ha visto mucho las caras últimamente y que han demostrado tener tenis y mentalidad para poder hacerle frente y derrotarle.

Swiatek sigue manteniendo un enorme nivel en este 2023, pero ha encontrado rivales capaces de desafiarle

En un tenis femenino dominado en los últimos años por la potencia, el caso de Swiatek es distinto. Iga manda desde una gran movilidad, con un excelente juego de pies y una capacidad de anticipación que le permiten tomar la pista con regularidad y repartir el juego a ambos lados tanto de derecha como de revés para dominar a sus rivales. Es cierto que es una jugadora sin tanta potencia de saque, pero también que suele defenderse bien con él, a pesar de partidos como el de la final de Madrid en el que no se encontró cómoda con él durante muchas fases.

Tiene un juego, además, con control pero muy agresivo, buscando siempre el golpe ganador y, por lo tanto, también con un alto número de errores no forzados. Por ello, el paso al frente de Sabalenka y de Rybakina supone un gran refuerzo para el tenis femenino a nivel de variables y de resultados.

Aryna Sabalenka, una gran mejora en confianza y con el segundo saque

Sabalenka se adapta perfectamente a ese prototipo de grandes jugadoras WTA en los últimos años. Con un gran primer servicio y una demoledor derecha, suelta de revés, la bielorrusa es todo potencia y mostraba desde tiempo atrás reunir gran parte de las cualidades necesarias para triunfar.

Quizá había dos aspectos pendientes en su juego. El primero, puramente tenístico, el saque. Su primer servicio es brillante, pero las prestaciones en su juego bajaban muchísimo con el segundo. La gran cantidad de dobles faltas cometidas en sus partidos era una penalización demasiado grande que acababa no solo haciéndole ceder puntos directamente, sino también incidiendo en su otro gran aspecto pendiente, la regularidad a nivel mental. 

Pero la bielorrusa ha demostrado haber hecho con creces los deberes en la pretemporada y los resultados y las sensaciones le están acompañando a lo grande. Ha cambiado la técnica en su segundo saque para minimizar los errores y ha incidido en el trabajo del psicólogo, dos aspectos que se han visto correspondidos y que explican en gran parte el nivel superlativo que está mostrando este año.

Tenista de subidas y bajadas, su paso adelante en este aspecto ha sido enorme en los últimos meses. Avisó en las WTA Finals con una final perdida frente a Caroline Garcia, pero ese torneo ha sido el que le ha hecho creer en sus posibilidades. El Open de Australia ganado a inicios de año parece haber despertado por fin a la mejor Sabalenka. Con un juego tremendamente agresivo, en muchas ocasiones a todo o nada, Sabalenka puede ser imparable en los días en el que sus golpes se convierten en ganadores y vulnerable en aquellos en los que no entran. Sin embargo, estos últimos cada vez son menos porque la bielorrusa ha conseguido un estado de confianza muy alto y sabe controlar mejor esa potencia desmedida en sus golpes.

Sabalenka ha sabido canalizar su potencia y mejorar su segundo saque para encontrar las herramientas necesarias para triunfar

Sabalenka acumulaba diez títulos ganados a finales de 2021. El año pasado perdió en las tres finales que disputó. Este año, sin embargo, ya acumula tres títulos en su haber (con el de Madrid, de hecho, iguala los trece conquistados por Swiatek a lo largo de su carrera; ganó Adelaida además del Abierto de Australia) y otras dos finales disputadas (Indian Wells y Stuttgart), muestra de que su confianza lanza su juego. Con todos los ingredientes para brillar en pista dura y en hierba, la tierra batida era su gran asignatura pendiente, a pesar de que ya ganó en Madrid en 2021. 

Es cierto que el de la capital de España es el torneo más atípico, con mucha altura y donde la potencia de golpes de jugadoras como Sabalenka tiene más incidencia sobre jugadoras que buscan el control de juego como Swiatek. Sin embargo, la bielorrusa ya desafió a la polaca hace unos días en la final de Stuttgart y amenaza con seguir con su crecimiento en Roma y en Roland Garros, dispuesta también a discutirle el número 1 a la polaca a corto plazo si los resultados le siguen acompañando.

Elena Rybakina, con la tierra como asignatura pendiente

Sacadora nata es Elena Rybakina, dominadora con su servicio en el juego y por lo tanto con capacidad para rendir a gran nivel especialmente en hierba y en pista dura. La kazaja es la número 7 del mundo, por detrás de Swiatek y de Sabalenka pero también de Jessica Pegula, Ons Jabeur, Caroline Garcia y Coco Gauff. Sin embargo, es quizá la tercera en discordia por dos motivos: el primero, ha sabido reinar en un gran escenario como Wimbledon; el segundo, sería la número 3 del mundo con los 2000 puntos del torneo de Londres que no le cuentan en la clasificación por la prohibición del evento el pasado año a la presencia de rusos y bielorrusos.

Los resultados de Rybakina avalan que cierre esta terna de referentes en la WTA en detrimento de mujeres que le preceden en la clasificación. La kazaja ha sido finalista esta temporada de los tres torneos principales disputados en pista dura. Ganó la final de Indian Wells y perdió las del Open de Australia y Miami. Con ese título de Wimbledon del pasado año, su capacidad para brillar en pistas donde la potencia es diferencial está fuera de toda duda.

Rybakina ha sabido encontrar regularidad en pista dura, pero sigue teniendo la tierra batida como aspecto pendiente

Su gran aspecto pendiente es, precisamente, la tierra batida. Ni siquiera en Madrid, el oasis dentro de la arcilla, ha logrado sentirse cómoda Rybakina. Los cuartos de final de Roland Garros en 2021 son una excepción a una regla que la kazaja quiere cambiar más pronto que tarde. Tras tropezar de inicio de nuevo en Madrid, sabe que ese paso adelante en esta superficie es, además de mantener la regularidad que no ha alcanzado en temporadas anteriores y sí en este inicio de campaña, uno de los factores pendientes para poder pelear por las más altas cotas en el tenis femenino.

Porque Rybakina es capaz de ejecutar un gran número de ganadores y ha demostrado que puede regularlos a la perfección, con un margen de error controlado. No defenderá muchos puntos en lo que resta de temporada. Así, sin que le compute el título de Wimbledon, tan solo tiene en su hoja de ruta del pasado año unos cuartos de final en Cincinnati como resultado exigente. En definitiva, mucho terreno para sumar, a la espera de ver cómo se adapta a esas pistas duras americanas en verano.

Muchas otras jugadoras parecen tener el tenis para poder atacar los grandes torneos. La finalista del pasado US Open Ons Jabeur, la 'maestra' Caroline Garcia, la ganadora del WTA 1000 de Guadalajara Jessica Pegula o la finalista de Roland Garros Coco Gauff siguen demostrando tener argumentos para brillar, pero quizá no esa regularidad que es sello de identidad de Swiatek, que está adquiriendo Sabalenka en este 2023 y a la que se acerca cada vez más Rybakina. Con Iga con tan solo 21 años, Rybakina con 23 y Sabalenka con 25 recién cumplidos, puede haber lucha para rato. 

Grand Slam, WTA Finals y WTA 1000 disputados entre 2022 y lo que va de 2023. Entre paréntesis, torneos en los que la jugadora en cuestión fue eliminada por alguna de las otras dos rivales

Grand Slam, WTA Finals y WTA 1000 disputados entre 2022 y lo que va de 2023. Entre paréntesis, torneos en los que la jugadora en cuestión fue eliminada por alguna de las otras dos rivales. Del cómputo total de 18 torneos, Swiatek ha ganado 6, Sabalenka 2 y Rybakina 2, pero la polaca ha cedido ante ambas este año

MP
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