El tenista español Pablo Carreño ganó en los octavos de final del Challenger de Girona, pero la noticia no fue su victoria sino su pique con el juez de silla, en el que estuvo 10 minutos sin jugar después de reclamar que la bola de su rival había ido claramente fuera.
No es la primera vez que el tenista español pierde sus casillas con los jueces de silla, Carreño en el año 2019 en el Melbourne Open, perdió ante el japonés Kei Nishikori, en la que la ira se lo comió y perdió absolumante sus papeles después de la injustícia.
Pablo Carreño, actual jugador 109 del ranking ATP, se encuentra en un momento crucial en su carrera tenística, después de su lesión en el codo. El tenista de Gijón ya ha ganado varios challengers después de su calvario con las lesiones, entre ellos el de hace poco en Tenerife.
El enfado de Carreño en Melbourne tuvo su origen en una decisión del árbitro durante el tie-break del quinto set. Con 8-5 a favor del español, el juez otorgó un punto a Nishikori después de que éste rematara una pelota que un juez de línea había marcado fuera. Carreño solicitó la revisión del ojo de halcón, y se comprobó que la bola había entrado, pero el árbitro mantuvo su decisión de no repetir el punto, a pesar de que la señalización se realizó antes de que el japonés golpeara la pelota.