Un torneo de locos con un final de locos, así ha sido el Miami Open 2025. Novak Djokovic llegó a la final y era el máximo favorito tras las caída prematura de los demás favoritos, pero no pudo superar las ganas y la potencia de un joven de 19 años como Jakub Mensik, un tapado que ha eclosionado de la mejor forma.
Eso sí, la final estuvo marcada por el retraso por lluvia durante más de cinco horas. Además, 'Nole' apareció con el ojo derecho visiblemente inflamado antes del encuentro. Ya en pista, se vieron algunos indicios que apuntaban a que el serbio no se sentía del todo cómodo con las condiciones de juego.
La meteorología amenazaba con dejar huérfano el título hasta una posible reanudación de la actividad el lunes. El techo en los Masters 1000 no es obligatorio y ayer Miami pagó las consecuencias de no tener, ya que la final comenzó a altas horas de la madrugada para los europeos. Finalmente, ambos jugadores pudieron saltar a pista, y aunque los operarios trabajaron incansablemente para dejar el Hard Rock Stadium en perfectas cualidades, la humedad por encima del 80% en la ciudad floridana hizo que Djokovic sufriera más que Mensik.
El serbio llegó a caer al suelo y se quejó por lo resbaladiza que estaba la pista y el exceso de sudor le llevó a cambiar hasta 10 veces de camiseta. Ante todo ello, no quiso que sirviera como excusa por perder, pero sí que se le pudo ver indignado: "La verdad es que prefiero no hablar de ello, ha habido algunas cosas, pero no quiero hablar, solo quiero felicitar a mi rival. Ya está, no quiero que algunas cosas suenen como excusas", explicó en rueda de prensa.
A pesar de las circunstancias, el nivel de Mensik fue muy alto y apunta maneras. "El primero de muchos", escribió el checo en la cámara nada más ganar su primer torneo. Un nivel que Djokovic ya vio cuando Jakub apenas tenía 15 años: "Le invité a entrenar conmigo en mi club en Belgrado. Veía que iba a ser uno de los mejores jugadores del mundo y estoy muy contento de su progresión. Tiene un saque increíble y un revés propio de la escuela checa", apuntó un Djokovic algo resignado.