Nunca pudo imaginar que su último partido en el Arthur Ashe Stadium, sería con 30 años de edad, condenado a la retirada temprana por una lesión de muñeca que apagó su carrera paulatinamente. En Nueva York visió su mayor día de gloria. No sabía entonces, ni él ni nadie, que no habría más, que la mala suerte se cebaría con él.
En el puesto 210 del ranking mundial, acumuló su quinta derrota consecutiva. No gana a un top-20 desde que fuera campeón de su único título de Grand Slam, el US Open de 2020.
Tampoco fue competitivo ante un joven semifinalista de 2023, el estadounidense Ben Shelton, que batió sin problemas, 6-4, 6-2 y 6-2, al austríaco Dominic Thiem.
Éste tuvo al menos la recompensa de poder decir adiós en pista, algo que no sucedió ni en Roland Garros ni en Wimbledon. Recibió un recuerdo, fue entrevistado en la central de Nueva York, donde su verdugo Shelgon pidió una ovación para él, supo ceder el protagonismo a quien fuera durante tiempo el llamado a ser el sucesor de su amigo Rafa Nadal en la tierra batida de Roland Garros, que no figura entre sus conquistar por culpa del prolongado éxito del español.
Thiem continuará su despedida del tenis. Lo intentó todo, también pasando por el quirófano, pero su muñeca derecha nunca volvió a ser la misma. Una despedida amarga, por forzada, pero el austríaco comprobó en la pretemporada que el dolor volvía a la dañada articulación cuando forzaba la máquina.
Shelton, 21 años, sigue en el cuadro, quizás cruzándose con el castellonense Roberto Bautista. "La gente te quiere", aseguró a Thiem delante de todos. Un sentir compartido en un vestuario que siempre ha tenido a 'Domi' por un grande en todos los sentidos. Por eso duele su despedida, porque no fue la que él quería. Ni se merecía.

Dominic Thiem, campeón del US Open 2020