Los habitantes de Nueva York han recibido una seria advertencia tras la reciente quiebra de 23andMe, una de las principales empresas de pruebas genéticas. La fiscal general del estado, Letitia James, ha instado a los clientes de la compañía a tomar medidas inmediatas para proteger su información personal y genética. La preocupación radica en el destino de los datos almacenados por la empresa, ahora que se encuentra en proceso de bancarrota.
El anuncio de quiebra fue realizado por 23andMe este fin de semana, cuando la empresa con sede en San Francisco reveló que se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE.UU. Con más de 214.7 millones dedólares en deudas acumuladas al cierre del año pasado, la compañía busca vender sus activos y encontrar un nuevo propietario.
Ante esta situación, la fiscal James enfatizó la importancia de que los clientes de la empresa soliciten la eliminación de sus datos personales y la destrucción de cualquier muestra de ADN en posesión de 23andMe.
Preocupaciones sobre la seguridad de los datos
La quiebra de 23andMe ha generado gran inquietud entre sus usuarios, ya que la empresa almacena información genética altamente sensible. "Los datos genéticos de los neoyorquinos son información sensible que debe protegerse a toda costa", declaró Letitia James en un comunicado de prensa.
Advirtió que, debido a la incertidumbre sobre el futuro de la empresa, es crucial que los usuarios tomen precauciones y sigan las instrucciones de su oficina para eliminar cualquier rastro de información almacenada en los servidores de 23andMe. En caso de dificultades para hacerlo, James instó a los afectados a contactar directamente con su oficina para recibir asistencia.
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El impacto de la quiebra en la industria genética
Fundada en 2006, 23andMe se presentó como una empresa innovadora que prometía transformar la genética y la atención médica. Sus populares kits de análisis de ADN, utilizados por millones de personas para explorar su ascendencia, la llevaron a expandirse en el ámbito de la investigación médica y el desarrollo de tratamientos farmacológicos. Sin embargo, su declive financiero pone en duda el futuro de este sector y la confianza del público en este tipo de servicios.
El colapso de 23andMe deja muchas incógnitas abiertas, especialmente en torno a la seguridad y el manejo de datos genéticos en un mercado cada vez más digitalizado. Las autoridades instan a los consumidores a actuar con prudencia y estar atentos a cómo se desarrolla la venta de los activos de la empresa, para garantizar que su información personal no quede en manos indebidas.