Dwyane Wade sorprendió a muchos al compartir una historia curiosa en el podcast The Underground Lounge. Durante la charla, Wade reveló que uno de los primeros indicios de que LeBron James podría estar considerando dejar el Miami Heat surgió de algo tan simple como un postre.
Según contó Wade, todo comenzó cuando Pat Riley, presidente de la franquicia, decidió intervenir en los pequeños rituales de James, en particular con sus preciadas galletas. "Una cosa que jamás debes hacer es meterte con las galletas de LeBron", afirmó Wade entre risas.
"Le encantan las galletas con chispas de chocolate y el helado. Siempre sube al avión con una bolsa de comida, y en esa bolsa nunca faltan sus galletas. Es algo sagrado para él".

Miami Heat
El episodio tomó un giro incómodo durante uno de los vuelos del equipo, cuando James se preparaba para una partida de cartas con sus compañeros. Al buscar sus galletas habituales, le informaron que esta vez no había. Wade recuerda que LeBron reaccionó de inmediato: empujó la mesa de cartas y pasó el resto del vuelo sentado en silencio, con una expresión de claro disgusto. Aquello, según Wade, fue un reflejo de la tensión creciente entre el equipo y la directiva.
El exceso de control de Pat Riley y el punto de quiebre
Detrás de este incidente aparentemente trivial había un trasfondo mucho más profundo. Wade explicó que, para ese momento, el Heat había alcanzado cuatro finales consecutivas de la NBA y había conquistado dos campeonatos. Sin embargo, la relación entre el plantel y la organización comenzaba a mostrar fisuras, en buena parte por la constante microgestión de Riley.
"Sentíamos que había demasiada microgestión", explicó Wade. "Éramos un equipo experimentado que ya había demostrado de lo que éramos capaces. No había necesidad de controlar cada detalle, y mucho menos privar a los jugadores de sus pequeñas rutinas. No le quitas sus galletas a un adulto que sabe exactamente qué necesita para mantenerse enfocado. Eso es parte de su proceso".
Para Wade, lo que estaba en juego era algo más que un simple snack: se trataba de esas pequeñas comodidades que ayudan a los jugadores a sobrellevar el calendario exigente de la NBA. "Cuando me subo al avión, necesito esas cosas porque son parte de mi rutina", explicó. "Es lo que me ayuda a seguir adelante en medio de viajes interminables, madrugadas y juegos consecutivos. Sin eso, uno deja de sentirse cómodo".
Ese ambiente de tensión y control fue uno de los factores que, según Wade, llevaron a LeBron a replantearse su futuro. Al finalizar esa temporada, James decidió regresar a los Cleveland Cavaliers, un anuncio que hizo a través de un emotivo ensayo publicado en Sports Illustrated. Cuatro años después, en 2018, volvería a cambiar de rumbo, esta vez para unirse a Los Angeles Lakers.