Cambios en el periodo, calores súbitos o sofocos, sequedad vaginal o incontinencia, problemas para dormir o en el sexo y cambios de humor son los principales síntomas de la menopausia. Una etapa por la que atraviesan todas las mujeres a partir de aproximadamente los 45 años. A esa edad, se comienzan a experimentar ciertos cambios que alertan de la llegada de la menopausia.
¿Qué tienen en común todos estos síntomas? Que vienen dados por la disminución de estrógenos y progesterona. El cuerpo comienza a reducir la secreción de estas hormonas y provoca una serie de cambios.
1. Molestias articulares y pérdida de masa ósea
Una de las consecuencias de la disminución de las hormonas de las que hablábamos anteriormente son las molestias articulares y la pérdida de masa ósea. Para revertir los síntomas, lo mejor es la práctica de ejercicio físico y, en según qué casos, tomar una medicación o tratamiento hormonal así como masajes terapéuticos.
2. Canas y caída del cabello
La aparición de la primera cana es para algunos, un momento un tanto traumático en nuestras vidas ya que es la prueba del paso de los años. Tanto los pelos blancos como la pérdida de cabello se da a causa de la disminución en la producción de estrógenos. Para tratar este problema, aunque forma parte de la evolución natural de la mujer y cualquier ser humano, podemos acudir al dermatólogo para que valore el caso en concreto.
3. Sequedad vaginal
La sequedad vaginal, según la Clínica Mayo, se deba a la “disminución de la producción de humedad y la pérdida de elasticidad puede causar malestar y un leve sangrado durante las relaciones sexuales”. Además, “en esta afección, los tejidos vaginales se vuelven más delgados y se irritan más fácilmente, como resultado de la disminución natural de los niveles de estrógenos durante la menopausia”. Para combatir la sequedad vaginal se aconseja el uso de cremas hidratantes o también puede ser eficaz un tratamiento hormonal.
4. Sequedad bucal y cambio de color en los dientes
Puede que con la menopausia se produzcan modificaciones en la mucosa bucal y en el hueso encargado de fijar los dientes. Como es lógico, con tal de paliar estos efectos, debemos reforzar los hábitos de higiene dental y, por supuesto, aumentar la frecuencia con la que acudimos al odontólogo.
5. Aumento de peso y cambio en la grasa corporal
Una de las mayores preocupaciones durante esta etapa es el aumento de peso. La culpa se le achaca a la disminución de estrógenos. Esta hormona sexual femenina tiene múltiples funciones. Entre ellas, se conoce que promueven el mantenimiento del tejido muscular. En el momento en el cuerpo deja de producir esta sustancia se pierde masa muscular, lo que hace que consumamos más calorías y por consiguiente se gana peso con mayor facilidad.
Dos de las medidas más efectivas serán, obviamente mantener una dieta saludable y equilibrada y practicar ejercicio de forma constante, sobre todo rutinas de fuerza.
6. Irritabilidad, depresión y cambios de humor
Son las hormonas. El cambio hormonal puede que esté impulsando que te sientas más triste, irritable y con cambios de humor. Además, ciertos aspectos de la vida pueden estar cambiando y afectándonos anímicamente: estrés, cambios en la familia, el trabajo…