Mañana tenemos una ocasión inmejorable para dejar atrás ese sabor agridulce de oportunidad perdida que dejó la visita al Sánchez Pizjuán. Cualquiera, en sus cálculos previos al inicio de Liga, hubiese firmado el punto obtenido en tierras hispalenses. Sin embargo a día de hoy, viendo que este Sevilla no es sino un espejismo del de temporadas anteriores y días después del cese de Julen Lopetegui, esperábamos un poquito más, al menos en cuanto a puesta en escena.
En cierto modo, hubiese bastado con aquello que han dado en llamar jugadores y técnicos “salir puestos”. Enésima vez que sucede. Muchos de nuestros problemas y frustraciones nacen de no ser capaces de iniciar de otra forma los duelos y por ello ponérnoslos cuesta arriba.
Los primeros minutos mostraron una endeblez defensiva y una falta de concentración e intensidad que nos penalizaron el resto del partido. Paradójicamente, no se habían producido en lo que llevamos de temporada. No pasará mañana. Seguro.
Pasemos página. Ante un San Mamés a reventar y en inmejorable horario, a hincar el diente a los de Simeone en una semana en la que hemos podido preparar óptimamente el partido mientras nuestros rivales disputaban un encuentro vital para su futuro ante los belgas del Brujas, que por cierto les salió mal.
A Txingurri le llegan inmejorables noticias desde la enfermería. Esté o no para titular o para aguantar un partido completo, la vuelta de Yuri es una novedad excepcional. Sus características son radicalmente distintas a las de cualquier otro disponible hasta ahora en su puesto. Su vuelta, por tanto, el “bendito problema” del que se suele hablar el míster en estos casos.
Y por si fuera poco alguien a quien siempre ha ensalzado Valverde, Mikel Balenziaga, espera turno disponible para lo que haga falta en un momento en que, como es de suponer, Lekue pasará a pelear por minutos en la banda contraria.
Otro retorno para celebrar
Vivian, pese a un descomunal inicio de campaña, posiblemente no sea de la partida ante los colchoneros pero sí recupere protagonismo y minutos el martes en Getafe, ahora que se recarga el calendario. No es descabellado apostar por ello. Ante cualquier contingencia en el eje de la zaga, confianza absoluta en lo que tenemos. Por centrales de calidad no va a quedar.
¿Y el rival? Pues, al igual que el Sevilla, tampoco pasa por su mejor momento. Parte de sus clásicas señas de identidad, en el olvido. Defensivamente son un bloque mucho menos fiable. El pasado miércoles, en un duelo Champions con todo en juego, fueron incapaces de derrotar en su propio campo a un Brujas con diez que en la anterior jornada ya le vencía en su estadio como local. Mazazo anímico.
Para nuestros intereses, altamente positivo. No pudieron reservar absolutamente nada para San Mamés. Nosotros, descansando.
En resumen, sin discutir la categoría del rival, un Atlético de Madrid que puede ganar a cualquiera, es indudable que nos enfrentamos a ellos en buen momento. Seguimos, a la espera del nuevo y esta vez más largo parón competitivo a causa del Mundial de Qatar, disfrutando de un buen calendario. ¡A por ellos!
Si nada se tuerce, aquí en siete días.