Las cartas de la final del playoff de ascenso a Segunda División están sobre la mesa. Mientras al Barça Atlètic sólo le vale ganar, al Córdoba CF le basta con aguantar el empate de la ida en el Estadi Johan Cruyff por su mejor clasificación liguera en la Primera RFEF. En el nuevo Arcángel, el optimismo y el convencimiento se ha desparramado y hay preparada, incluso, la logística para celebrar el ascenso.
Ni al técnico Rafa Márquez ni al vestuario les inquiera la presión y una aparente hostilidad. “Este ambiente hostil ya lo vivimos, algo similar, en Riazor cuando competíamos con el Depor”, señaló ayer el técnico mexicano. “Es nuestra realidad y hay que competir lo máximo posible”.
Propone “jugar con calma, jugar fácil, de lo más fácil a lo más complicado”. El 1-1 de la ida dejó al técnico con “buenas sensaciones”. Han trabajado bien “y están motivados” y también “mentalizados” porque “acabamos “sometiendo al rival”. “Trataremos de hacer lo mismo porque son un buen rival”.
La plantilla está “con ganas”, comentó el técnico sobre el ambiente del vestuario. “Hemos hecho un gran trabajo” y destacó, sobre todo, que “hemos logrado muchas victorias fuera”. En el campo estará Marc Casadó, que ha sido fundamental. Acaba de renovar su contrato con el Barça y Márquez aplaude la decisión del club. “Lo tiene más que merecido. Es una motivación más para todos. Es un buque insignia de la plantilla”. Es el capitán.
El central Pelayo, que llega a esta final sin aún haber renovado su contrato, transmitió la ilusión del vestuario. “Hemos llegado aquí por “méritos propios”, soltó con orgullo. “Da igual si somos jóvenes; hemos llegado por lo que hecho en el campo. Avisó que será “un partido duro como plantearon ellos en la ida. No es algo nuevo”. No le incomoda la presión o lo que sucedió en la ida. “Da igual lo que pase alrededor nuestro. Toca centrarnos en lo nuestro”. El mensaje del técnico es que “estemos tranquilos, que si se estamos aquí es por algo”